En la ciudad de Puerto Peñasco, Sonora, Moisés Fernando N. participó en un accidente automovilístico, pero cuando llegaron las patrullas él se dio a la fuga. Comenzó la persecución y en su escape terminó chocando contra una barda. Parecía que no era su noche de suerte.
Pero todavía no lo habían atrapado y la única cosa que se le ocurrió a este inteligente varón fue irse corriendo a su casa para ocultarse. ¿Cuál sería el mejor lugar para que nadie lo viera? Aunque no lo crean, su escondite perfecto fue meterse detrás de la lavadora.
Suena muy absurdo, pero lo increíble es que su plan tan simple sí funcionó. No solamente la policía no lo encontró, sino que ni siquiera su esposa Karla pudo descubrirlo.
Ya habían pasado dos días después del accidente y Moisés “no aparecía” por ningún lado, así que su pareja fue al Ministerio Público para reportarlo como desaparecido. Incluso ella dijo que los policías municipales eran los responsables directos de la ausencia de su esposo.
La Fiscalía empezó la investigación y a alguien se le ocurrió buscar a Moisés donde nadie sospecharía que estuviera: en su casa. Los policías registraron su hogar y por fin lo descubrieron detrás de la lavadora. Su juego de las escondidas había terminado.
Se lo llevaron detenido y todavía se quiso pasar de listo diciendo que unos policías sí se lo habían llevado, pero al revisar las cámaras de seguridad de las calles cercanas se comprobó que durante todo ese tiempo no había salido de la casa.
Tal vez se pudo haber salido con la suya por más tiempo, pero en su loco plan se le olvidó avisarle a su mujer que iba a estar “acampando” por dos días detrás de la lavadora. A lo mejor le dio miedo que ella le pidiera que mínimo se pusiera a lavar.