Harta de los engaños de los hombres, Meirivone Rocha Moaes, una bailarina brasileña de 37 años, encontró el amor de una forma inesperada: un muñeco de trapo llamado Marcelo. La pareja de muñeco y mujer no desaprovechó el tiempo y deshilachó la manta en un apasionado encuentro. Como consecuencia, Meirivone quedó “embarazada” de su tercer hijo, Marcelinho, un bebé de trapo.
Meirivone no quería que su bebé naciera fuera del matrimonio, por lo que ella y Marcelo hicieron los preparativos de su boda, que terminó siendo una ceremonia con 250 invitados, en donde se juraron amor eterno. La pareja tuvo su luna de miel patrocinada y poco después, la madre “dio a luz” a su hijo en un transmisión en vivo para sus seguidores.
Sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas para el matrimonio, pues a casi un año de estar casados, Meirivone dice que su relación “pende de un hilo”. Actualmente, los esposos duermen en camas separadas porque, supuestamente, la mujer descubrió que Marcelo la estaba engañando.
Estaba muy triste y apenas podía dormir porque amo mucho a mi esposo, pero él negó la traición. Me enteré por una amiga que me dijo que vio a Marcelo entrar a un motel con otra mujer mientras yo estaba internada tres noches y tres días con Marcelinho, nuestro hijo, que tenía un virus.
Ella no podía dar crédito a lo que su amiga le contó, pero después revisó el teléfono de Marcelo, solo para descubrir las conversaciones. Ambos pelearon y él siguió negando todo a pesar de ver que Meirivone supuestamente tenía la evidencia.
Decía que me quería mucho, además de pedirme perdón y llorar mucho.
La discusión trascendió y cada vez tenía más energía, tan así que asustaron al bebé. Además, agregó que ella le reclamó porque el niño comenzó a llorar. Sin embargo, ella insistía en conocer la identidad de la mujer que estaba destruyendo su matrimonio, aunque Marcelo no respondió.
El matrimonio no había tenido complicaciones mayores. Sin embargo, con la infidelidad de Marcelo, las cosas cambiaron. Ofendida por el engaño, Meirivone mandó a su marido a dormir en el sofá. A pesar de la infidelidad, ella no quiere sacarlo de la casa porque su bebé está creciendo y extraña a su padre. Por ello ha decido perdonarlo, pero si lo vuelve hacer, esa será la última vez.
La afectada mujer sabe que el amor puede doler de esa manera. Además, reconoce que es una “mujer deseada por muchos”, quien además de trabajar, ve por su hogar y su familia. Mientras que Marcelo, solo se dedica a cuidar al bebé. Los otros hijos de Meirivone ya tienen edad de cuidarse por sí mismos.
Yo le dije, el que ama no traiciona y nos hemos jurado amor eterno, no podemos ser tres, solo somos dos por ahora. Nuestro niño feliz está muy bien cuidado y lo bautizaré pronto. Gracias a esto y a nuestro hijo, seguiremos viviendo juntos.