Tal vez no tenemos derecho a juzgar los automóviles de otros hombres, porque no sabemos el trabajo que les costó conseguirlos y arreglarlos; pero lo que sí podemos hacer es reírnos de sus terribles diseños que son una graciosa distracción.
¿Acaso no hay una ley de tránsito que prohíba distraer a los conductores? Estos 30 carros “tuneados” son tan ridículos que es imposible no voltear a verlos ni soltar una carcajada por sus estrafalarios arreglos. Qué bueno que no tengo coche, porque ya lo habría chocado por distraerme si veo uno de estos adefesios con ruedas en las calles: