El arte pictórico que emplea la piel como lienzo tiene significados más allá de la mera experiencia estética, pues, como modificación corporal, afecta el modo en que la persona tatuada es percibida por los demás. El simbolismo de los tatuajes varía entre los pueblos y puede tener valor ritual o cultural distinto, con significaciones divinas o seculares.
En ocasiones, un tatuaje también tiene funciones prácticas y curativas, pues puede ayudar a las personas a incorporar elementos que les incomodan o avergüenzan de su cuerpo en arreglos artísticos que les permiten aceptarse y sentirse mejor consigo mismas. En los siguientes 20 ejemplos, cicatrices y marcas de nacimiento fueron aprovechados para crear asombrosas (o curiosas) obras de arte “a flor de piel”.