Balenciaga, llevada a los extremos más rimbombantes y controvertidos de la mano de su director creativo, Demna Gvasalia, no para de crear tendencias virales en la moda, aunque no está realmente claro si la atención que atraen es exactamente deseable, pues casi siempre es para recibir críticas que han llevado al público a especular sobre si en realidad la marca no será más un experimento social que una casa de modas.
Desde aretes de cintas de atar, tenis arruinados y hasta “bolsas de basura” como elementos para sus atuendos, la casa de modas española ha decidido seguir con su tendencia a lo improbable y controversial, ofreciendo ahora una bolsa de papitas Lay’s como imagen para su nueva bolsa de piel. Sobra decir que la gente está entre sorprendida y hastiada de las constantes propuestas de la marca española.
La inflación está fuerte: bolsa de papitas a 1800 dólares
Casi indistinguible a simple vista de una genuina bolsa de papitas Lay’s, el accesorio que Balenciaga pretende vender por casi dos mil dólares es en realidad una bolsa de mano de piel que pretende tener ese toque de decadencia que muchos de los más recientes productos de Balenciaga han exhibido en las pasarelas de los más importantes shows de moda de los últimos tiempos. Los modelos llevaban las bolsas arrugadas en sus manos, como si fueran auténticas bolsas de papas que estuvieran consumiendo momentos antes. Los cuatro “sabores” de las bolsas son Original, Sal y Vinagre, Limón y Flamin’ Hot y tienen un cierre metálico disimulado por un forro brillante que imita a las bolsas auténticas, así como la leyenda “Balenciaga” agregada a la iconografía de la bolsa.
En donde se nota una diferencia real entre el nuevo accesorio Balenciaga y una auténtica bolsa de papas es en el precio, pues el del producto a la moda supera al de las clásicas Sabritas en un radio de alrededor de 450 a 1, tentando a los amantes de la moda a simplemente comprarse sus papitas y pasearse con la bolsa vacía bajo el brazo para aparentar que su bolsita de papel aluminio es uno de los costosos bolsos de mano por los que la casa de modas pide una pequeña fortuna.
Colaboración oficial
Muchos creen que la inspiración para crear el nuevo accesorio vino de la propia experiencia de Demna Gvasalia, quien anteriormente había sido visto con una bolsa de papas, que paseó por todos lados en la exposición de graduados de la Real Academia de Bellas Artes de Amberes. A partir de ese hecho, las redes sociales empezaron a burlarse del diseñador de modas preguntando “¿Acaso es el indicio de una nueva colaboración entre Lay’s y Balenciaga?” y resulta que tenían más razón de la que pensaban.
Ya sea en respuesta a las burlas o que, efectivamente, pasear la bolsa de papas fuera un indicio de una alianza en ciernes, Lay’s y Balenciaga lanzaron en conjunto este accesorio postmodernista que parece un tributo al consumismo más desenfrenado posible. Lay’s no perdió el tiempo e inmediatamente empezó a promocionar en sus redes sociales el lanzamiento de la bolsa, que no es otra cosa que la descarada autopromoción que a todos divierte, sorprende y escandaliza, a la cual ya nos tiene acostumbrados la casa de moda española.
Presentación del “show de lodo” de Balenciaga
En su prestación en la Semana de la Moda en París, que se extendió del 26 de septiembre al 4 de octubre de este año, Balenciaga hizo público el accesorio que volvió a poner a la marca en el centro de atención, pero no fue lo único que logró capturar a los ojos del público para que admiraran su colección de verano 2023, que traía una “vibra postapocalíptica”, sino que el escenario también tuvo un importante papel en la faena.
El show fue inaugurado por Kanye West, quien venía enfundado en un traje tipo seguridad repleto de bolsillos. El otro aspecto visual, temático y hasta aromático que ayudó a Balenciaga a conseguir la completa devoción del público general y especializado sobre su nueva colección tuvo lugar en un escenario completamente cubierto de lodo, como un camino rural, que fue diseñado por el artista español Santiago Sierra y por la artista de esencias Sissel Tolaas, que le dio un olor artificial a tierra. Sobre ese accidentado escenario desfilaron los y las modelos que lucían prendas y conjuntos que se iban ensuciando conforme marchaban frente a las incrédulas miradas de los medios. Aún así, lo que más quedó presente en la mente del público fueron las bolsas de mano con forma de basura, aunque en su momento pasaron casi desapercibidas.