Para salir un poco de la rutina, este maestro carpintero quiso jugarle una broma a su asistente, simulando herirse con una grapa incrustada en su dedo y entre un pedazo de madera. Para ello acomodó una cámara oculta, se pintó el dedo con un poco de “sangre” y se preparó para divertirse.
Una vez que lo tuvo todo preparado, llamó a sus asistente y le mostró lo que “había pasado”.
Ante esto, el ayudante intentó asistir a su maestro, tomando unas pinzas para sacar la grapa que supuestamente se le había incrustado en el dedo.
Sin embargo, tal vez fue tanta la angustia por ayudar al carpintero que este asistente no se da cuenta cuando el bromista le evidencia le truco… o será que realmente se trata del ¡asistente más tonto del mundo!
Vamos a verlo: