Gerald Kitching, de 40 años, tuvo la m ala fortuna de construir el Infierno en la Tierra cuando accidentalmente agregó a 256 mujeres con las que hablaba en línea, a un grupo de Whatsapp, tratando de borrar algunos contactos.
Además de convertirse en el centro de la conversación del citado grupo infernal, se expuso a sí mismo como todo un sátiro de las redes sociales. El diario The Sun reporta que cuando las mujeres descubrieron que habían sido amigas de Gerald o habían pasado la noche con él, todo se puso de cabeza.
Tan fea se puso la masacre que salió por piernas del grupo, dejando a las mujeres a sus anchas, discutiendo sus intentos fallidos de “romance”. El dicho “romance” consistía en bombardearlas con fotos de penes y preguntas íntimas, que aparentemente se veía obligado a preguntar porque se publicitaba como terapista sexual.
Parece que aún faltaron muchas de su agenda de pacientes porque las que se agregaron solamente empiezan con las letras J, K y L del abecedario. Aseguran muchas de ellas, que solía hacerles preguntas sobre su vida sexual y posiciones favoritas luego de rastrearlas con una mezcla de aplicaciones para citas por Internet.
-¿Qué quieres decir?
-El grupo que acabas de hacer con todas las damas.
-Estaba intentando borrar gente y de alguna manera, ¡hice un grupo!
-Todos estamos divirtiéndonos a tus expensas… sugiero que no mandes mensajes a ninguna de las mujeres que intentaste ‘borrar’.
-¿¡Qué quieres decir con que están hablando de mí!?”
Como es de imaginarse, su éxito no fue mucho, pues sólo algunas de estas mujeres admitieron haber pasado la noche con él. Lo más ridículo del asunto es que Gerald se describía a sí mismo como un artista del encanto y ofrecía cursos de cómo conquistar a una mujer.
-Gerry, Gerry… ¿256 mujeres? ¡Suenas como un —-! En serio.
-No eran sólo mujeres, y no estoy durmiendo con todas las mujeres del mundo.
-No te juzgo por eso. Claramente sé que no has dormido con todas… Los comentarios lo desmienten…
-Están acabando conmigo.
-¡Te lo mereces amigo!
-Gracias.
-Amigo, claramente has estado molestando a algunas de estas mujeres…”
Cuando habló con The Sun, una de las 256 mujeres dijo:
“Él estaba preguntando detalles personales y algo que realmente me desagradó fue que me envió una foto de un pene. Se enojó mucho conmigo cuando no le correspondí y se volvió abusivo y empezó a decirme que no le hiciera perder el tiempo. Realmente me puso bajo mucha presión hasta el punto de hacerme sentir incómoda. El hecho de que diga que da clases de enamoramiento es muy gracioso porque no podría ser peor”.
Ella agregó que el grupo de WhatsApp era como una sesión de terapia para todas las mujeres que él trató de conquistar.