Las piernas te fallan, las golosinas ya no saben bien ysi te duermes en el sillón ya no despiertas en tu camita. Todo eso es parte de crecer, pero hay adultos que se resisten a madurar.
Por supuesto que eso de madurar solo es para las frutas y habemos quienes siempre llevamos a nuestro niño interior a flor de piel. Pero por mucho que nos desagrade, hay un momento en el que el universo nos grita que ya crecimos, nos guste o no: cuando intentamos subir a juegos de niños. Estos 22 adultos se dieron cuenta de que ya no son niños, de la manera más ridícula y graciosa: se quedaron atorados en columpios y resbaladillas.