¿No les pasa que no encuentran los lentes y después de buscar por todas partes, resulta que siempre estuvieron sobre su cabeza? Esto es muy común, pero hay personas que encuentran la forma de superar sus propios límites, como esta “Karen” de Estados Unidos, quien al no encontrar su celular, decidió acusar a una persona afroamericana de haberlo robado. Lo peor es que todo el tiempo tuvo su celular en la bolsa.
La historia, como la mayoría de las anécdotas de las “Karen”, se contó a través de TikTok por Kenly, quien según su descripción en Instagram, fue la víctima de la acusación. El clip se subió con su usuario (@fuxktdub) y en él se veía cómo una señora enojada pedía que le regresaran su celular, pues estaba segura de que lo traía en la bolsa de su pantalón.
La mujer comenzó a buscarlo en su bolso, pero al no encontrarlo, insistió en que se lo habían robado. Cuando un empleado de la tienda vio la situación y que las cosas entre sus clientes se estaban poniendo intensas, intervino con la solución más fácil de todas: usar su teléfono para marcar al número de la preocupada mujer. Pero ella, convencida del robo, pensó que sería inútil, pues podría haber estado apagado.
Más insistente en recuperar su celular, a la mala, aceptó la ayuda del empleado de la tienda y después de marcar su número y llamar, ¿adivinen dónde sonó? ¡En su bolso! La mujer quedó con una tremenda cara de payaso después de acusar injustamente Kenly y su pareja (ambos de ascendencia afroamericana) del supuesto hurto de su teléfono, que todo el tiempo estuvo con ella.
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La mujer, con toda la vergüenza del mundo, se disculpó, pero la pareja no se tomó el tiempo de escucharla y se fue a pagar sus cosas, pues sus disculpas ni se sintieron sinceras. Al contrario, solo dejaban ver el tilde de racismo con el que señalaba al presunto ladrón, supuestamente solo por su color de piel.
De esta manera se le cayó el teatrito a una “Karen” más y quedó en evidencia para internet. Se hubiera evitado los problemas si solo hubiera buscado bien entre sus pertenencias. Pero no todo fue un caso perdido, a nosotros nos sirvió para reírnos un rato del tremendo ridículo que hizo.