Muchos de los procedimientos judiciales se están llevando a cabo de forma remota. Sin embargo, hay personas que todavía no se llevan muy bien con la tecnología y cometen errores que pueden ser muy divertidos, como le pasó a Rod Ponton, un abogado de Texas, mientras estaba en una audiencia a través de Zoom y accidentalmente puso un filtro de gato.
De pronto, el abogado se transformó en un tierno gatito, como le ha pasado a muchas personas que accidentalmente activan un filtro y luego no saben cómo quitarlo. El juez le hizo saber a Ponton que había activado un filtro y al ver su imagen en la pantalla, entró en pánico, tratando de explicar que era una persona y no un gato.
Por supuesto que esto fue un momento muy graciosos para todos, por lo que se viralizó en redes sociales, sobre todo por la reacción del abogato… Perdón, el abogado, y porque el juez Ferguson, quien presidía la sesión, también lo tomó con calma y trataba de ayudar al pobre litigante que no sabía cómo quitar la imagen del minino.
Primero, el abogado preguntaba “¿Me escucha, juez?”, a lo que el encargado de impartir la justicia trataba de explicarle que se trataba de un filtro. Sin embargo, por los nervios, le era más complicado quitarlo, además de que estaba muy preocupado tratando de explicar que era el abogado Ponton y no el tierno gatito que se ve en la imagen.
Es un filtro y no se cómo quitarlo. Tengo a mi asistente aquí y está tratando, pero estoy preparado para seguir adelante así. Estoy aquí en vivo. No soy un gato.
-Rod Ponton en Zoom
CONSEJO IMPORTANTE DE ZOOM: Si un niño usó su computadora antes de unirse a una audiencia virtual, verifique las Opciones de Video de Zoom para asegurarse de que los filtros estén desactivados. Este gatito acaba de hacer un anuncio formal sobre un caso en el Distrito 394.
-Juez Roy Ferguson en Twitter
Ese es un gran consejo. Así que antes de que tengas tus reuniones, trata de familiarizarte con la plataforma, realiza algunas pruebas para que no te suceda algo así, o bien, si pasa, sepas cómo desactivar los filtros, de lo contrario, te convertirás en la burla de todos y, lo peor, tratarás de convencer a los demás de que no eres un gato.