Las campañas publicitarias son una parte primordial para el éxito de un producto o compañía, pues su objetivo es atraer a clientes potenciales. Aunque algunas compañías comparten ideas muy similares sobre la publicidad de sus negocios, hay otras que llevan sus conceptos a niveles insospechados para sacar a los competidores del mercado.
Estos esfuerzos a veces rinden frutos, pero hay ocasiones que entre más exageradas sean las empresas con sus campañas, más posibilidades tienen de fracasar, como los ejemplos que veremos el día de hoy.
1. Coca-Cola y su agua Dasani
En 2004, Coca-Cola comercializó su marca de agua Dasani en el Reino Unido y la lanzó bajo el slogan: “Can’t live without spunk”. Ahora bien, cualquiera sabe que existen palabras cuyo significado cambia de país a país. Mientras que el mensaje que Coca-Cola Estados Unidos quería emitir era algo equivalente a: “No puedo vivir sin determinación”, la palabra “spunk” en Reino Unido significa algo totalmente diferente, pues allá se usa para referirse al semen, por lo que la frase se leía: “No puedo vivir sin semen”. Un tanto gracioso si me lo preguntan.
No solo eso, la compañía aseguraba que el agua Dasani era “agua pura” a pesar de que se trataba de agua de grifo destilada. Las autoridades de Inglaterra también encontraron bromato, un presunto carcinógeno, en el líquido. Como resultado, se retiraron más de medio millón de botellas de las tiendas y retiraron la marca del mercado inglés. Vaya metida de pata.
2. La compañía que regaló vuelos gratis
The Hoover Company era una empresa británica que se dedicaba a la venta de electrodomésticos y tenía un exceso de lavadoras y aspiradoras que querían vender para limpiar sus almacenes. Entonces decidieron comenzar una campaña de marketing en la que ofrecían boletos de avión a aquellos clientes que compraran más de 135 dólares en estos productos. Inicialmente ofrecían vuelos de ida y vuelta dentro de la Unión Europea, pero luego expandieron los destinos hasta Estados Unidos. La promoción fue un gran éxito, pero de lo que no se dieron cuenta fue que las personas compraban los productos por los boletos, ya que estos costaban muchas veces más que 135 dólares y no porque quisieran los aparatos.
Como era de esperarse, la empresa se vio envuelta en un escándalo judicial cuando no pudo sostener los vuelos gratis y la mayoría de sus ejecutivos fueron despedidos por participar en la campaña. El desastre le costó a la empresa más de 60 millones de dólares y la división británica fue vendida a un fabricante italiano.
3. La broma que salió mal
Una estación de noticias en San Antonio, Texas, tuvo que llamar al escuadrón de bombas después de recibir un pastel de chocolate conectado a lo que parecía ser un artefacto explosivo que llevaba una nota firmada por el mismísimo príncipe payaso: “El Jóker”. Resulta que se trataba de una campaña de la cadena de cines Santikos, en Texas, destinada a generar expectación por el estreno de la película El Caballero de la Noche Asciende.
La broma comenzó con un anuncio clasificado publicado en periódicos locales y firmado por el Jóker, en el que reclutaba a payasos para que fueran a una dirección en particular donde se les regalaron boletos de la película. Esta fue seguida por un informe falso que decía que los payasos se habían reunido para vandalizar los cines con grafiti. Luego se viralizó otra noticia que afirmaba que los payasos habían robado la mascota coyote de los Spurs de San Antonio mientras la policía limpiaba los grafitis.
Pero esta extraña “campaña de guerrilla” fracasó cuando la estación de radio KENS 5 TV se llevó el susto de su vida al recibir el pastel bomba por parte de “el Jóker”. Con él venía un mensaje que decía: “Si quieres volver a ver al coyote, ve al Palladium (cine) a las 8 p.m.”. Sobre el pastel venía escrito un número de teléfono que cuando lo marcaron, sonó otro teléfono dentro del pastel que contenía insignias de prensa para asistir al estreno. La cadena se disculpó con el noticiero por el susto y aseguró que no era su intención. Buena broma, pero de muy mal gusto.
4. Estéreos por plátanos
En 1986, una tienda de electrónica llamada Silo, con sede en Filadelfia, anunció que estaban ofreciendo un sistema estéreo por “299 bananas”. Aunque su estrategia se refería a que el equipo costaba lo equivalente a 200 plátanos, las personas se lo tomaron literal y llegaron a la tienda con cientos de plátanos reales.
Para no quedar como estúpidos, la tienda decidió honrar su palabra y cambió 32 estéreos por plátanos antes de retirar su fallida publicidad. Las tiendas perdieron cerca de 10 mil dólares en transacciones por bananas. Pero las risas no faltaron.
5. La campaña fallida de la policía gringa
El Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) decidió iniciar una campaña en Twitter en la que invitaban a la población a compartir una foto con un miembro de la policía y etiquetarlos en Twitter con el hashtag #MyNYPD. Sin embargo, la reacción que recibió la publicación no fue la esperada, ya que las personas comenzaron a compartir imágenes de hostigamiento y brutalidad policial.
Las imágenes donde los oficiales aparecen golpeando, estrujando y gritando a las personas inundaron la red social y el hashtag se hizo trending topic, por lo que todo el mundo se enteró de la fallida estrategia de la NYPD por ganar adeptos.
6. Las vacaciones que todos querían
En 1988, la Sección Amarilla estadounidense fue demandada por 10 millones de dólares por culpa de un simple error tipográfico. Resulta que una agencia de viajes estaba publicitando unas deliciosas y bien merecidas… ¿”Vacaciones eróticas”?
Resulta que los diseñadores se equivocaron, en realidad estaban ofreciendo unas divertidas “vacaciones exóticas”. El simple pero significativo error tipográfico resultó en cientos de personas que querían aprovechar la oferta de unas vacaciones eróticas, pero al descubrir que estas eran un simple viaje a una playa cualquiera, la gente comenzó a exigir un reembolso, lo que le costó a la agencia miles de dólares en devoluciones, razón por la cual demandaron a la Sección Amarilla por 10 millones.
7. El hombre que hizo público su número de seguro social
LifeLock era una empresa de protección de identidad que prometía un servicio imposible de piratear. Para demostrar su efectividad, el director ejecutivo, Todd Davis, hizo público su número de seguro social. No solo LifeLock no era seguro, Davis se convirtió en víctima de tres robos de identidad, contando múltiples fraudes de préstamo y créditos por miles de dólares en empresas como Verizon, Centerpoint Energy, Swiss Colony, Credit One Bank, entre otros.
La empresa fue multada con 12 millones de dólares por su publicidad engañosa y tanto LifeLock como Davis se negaron a comentar sobre ello. Pues claro, con qué cara podrían hacerlo.