Dicen por ahí que “el ocio es el padre de todos los vicios”, pero no necesariamente, ya que la necesidad de realizar el mínimo esfuerzo posible, puede alentar nuestra creatividad.
Si no lo crees, observa a estas personas, que son el ejemplo de que ser un “poquito” flojo, no es tan malo, después de todo…
1. Ahí te lo dice…
2. Diversión a larga distancia
3. Aprovechar la tecnología
Tenía tanta flojera de estarme levantando a revisar la olla que estaba hirviendo, que la puse en Skype.