Para ser un delincuente de carrera se necesita tener astucia, sigilo, ser cuidadoso y, sobre todo, evitar sabotearse uno mismo. Pero obviamente hay ladrones que ni para ser malos son buenos. Estos 10 tontos criminales ni siquiera tuvieron que ser perseguidos por la policía en una clásica persecución y el trabajo tanto de los oficiales como detectives a cargo de sus casos no tuvieron que hacer otra cosa que esperar a que ellos mismos se delataran.
Hubieran tenido un poco más de dignidad entregándose, porque realmente fueron arrestados por su simple torpeza. Estas son sus historias que no serían la trama de una película policíaca, sino de una comedia muy barata.
1. Volvieron por comida y para ser arrestados
En el 2013, Mario y Domingo García, unos rufianes de 39 y 28 años de edad, entraron a un restaurante West Rogers Park y le exigieron comida gratis al encargado. Domingo lo amenazó con matarlo y le mostró una pistola que traía bajo la playera. El encargado temió por su seguridad y la de los otros clientes, y les pidió amablemente que volvieran dentro de una hora para darles su comida.
Lo increíble no fue que los tipos se fueran del negocio, sino que realmente volvieron dentro de una hora para comer gratis. En ese tiempo, el encargado ya había avisado a la policía lo que había pasado, así que cuando Mario y Domingo volvieron armados con un bate de béisbol, los oficiales ya los estaban esperando para arrestarlos por intento de robo agravado. Lo peor de todo esto fue que en el domicilio de Domingo encontraron la supuesta pistola y descubrieron que era de juguete.
2. Directo a la comisaría
En la ciudad de Shenzhen, en China, un ladrón de apellido Chang le quitó el teléfono a una mujer y salió corriendo para escapar. Estaba tan apurado corriendo y cerciorándose de que no lo alcanzaran que después de cruzar una calle, el muy torpe se metió directamente a un edificio que resultó ser una estación de policía.
La víctima se había caído al tratar de detener al ladrón, pero cuando logró ponerse de pie y siguió persiguiéndolo, vio dónde se había metido y pidió ayuda. De inmediato apareció el guardia de la entrada y arrestó al ladrón. Mejor solo le hubiera abierto una celda para que él se metiera solito.
3. ¿Me da mi recompensa por atraparme?
El talibán insurgente Mohammad Ashan, de Afganistán, llegó a un nuevo nivel de absurdidad porque él mismo se entregó. Vio carteles de “Se busca” con su rostro y al leerlo, entendió que había una recompensa de 100 dólares por su captura. Él mismo se presentó en una estación de policía en el distrito Sar Hawza, en Afganistán, y cuando le preguntaron si era el de la foto simplemente dijo: “sí, sí, soy yo, ¿me pueden dar la recompensa?”.
4. Ladrón electrocutado
Andre T. Puskas trabajaba en una tienda Radio Shack en Sunset PointRoad, Florida, y un día decidió que sería buena idea robar ese lugar. Se puso una máscara, llevaba un taser, un gas irritante y visitó el local a las 9:30 a.m.
Cuando Andre entró, una de las empleadas se tiró al suelo y trató de arrastrarse fuera del local. El ladrón la vio y le roció el gas. La empleada se levantó para correr y el criminal sacó el taser para electrocutarla, pero lo tomó del lado equivocado y él mismo recibió la descarga. Herido, sin dinero ni dignidad, el pseudoasaltante se fue corriendo del negocio y tiró su máscara en un basurero.
Cuando fue la hora de entrar en su turno a las 4:00 p.m., Andre se presentó como si nada, pero la policía ya lo esperaba porque los empleados había reconocido su voz.
5. Se quedó varado en un auto robado
En el 2009, un delincuente de Tacoma de 19 años entró al depósito de la empresa City Transfer, Inc. y se robó una camioneta Chevrolet 1985. Uno de los empleados lo vio robar el vehículo y reportó el evento a la policía. Más tarde ese mismo día, otro trabajador de la compañía vio la camioneta detenida en una carretera y con una persona a bordo. Luego la policía recibió una llamada anónima pidiendo ayuda con una camioneta varada.
Los oficiales llegaron al lugar y el criminal de Tacoma se puso una chamarra con los logotipos de City Transfer y se hizo pasar por un empleado. Sin embargo, el trabajador que lo había visto robar la camioneta se presentó a la escena, lo reconoció y entonces lo arrestaron. Lo absurdo fue que el vehículo se detuvo porque el conductor le llenó el tanque con gasolina sin plomo en lugar del Diesel que necesita.
6. Ladrón asaltado
De verdad, la delincuencia está peor cada día y ya ni siquiera los ladrones pueden salir tranquilos a robar porque también los asaltan. Mauricio Fierro es un ladrón brasileño que había robado un carro y no le duró ni un día el gusto de tenerlo. Fue un ratero robado.
Fierro detuvo el vehículo robado y lo dejó encendido mientras él se metía a una farmacia para asaltarla. Mientras él hacía de las suyas, otro ladrón vio el carro, se subió y lo robó. Mauricio salió de la farmacia con una bolsa de dinero y entonces descubrió que le habían quitado su auto robado. Un tercer ladrón aprovechó que Fierro estaba distraído y ¡fierro con su bolsa de dinero! Se la arrebató de la mano y salió corriendo.
Mauricio no pudo alcanzarlo y lo más torpe que se le ocurrió fue ir a la policía a denunciar que le habían quitado su botín y su auto robado. Lo arrestaron y su historia les pareció tan graciosa que le permitieron contarla en una entrevista.
7. El disfraz perfecto
A Matthew Allan McNelly y Joey Lee Miller de Iowa, Estados Unidos, no les alcanzó el dinero para comprarse máscaras y se les ocurrió pintarse la cara con un marcador negro permanente para tratar de robar una casa. El dueño del domicilio llamó a la policía para reportar que dos tipos con sudadera y caras pintadas se habían querido meter a su hogar.
Los oficiales hicieron un patrullaje por la zona y encontraron a Matthew y Joey conduciendo cerca del lugar. Su disfraz era inconfundible y los arrestaron por intento de robo. Además, Matt tuvo un cargo adicional por conducir bajo el efecto de sustancias tóxicas.
8. La diferencia entre jale y empuje
Las palabras que te abrirán muchas puertas en la vida no fueron tan sencillas de comprender por James Allan, un ladrón que creía estar atrapado en el negocio que había asaltado. En el 2012, él asaltó una tienda usando una máscara, pero al querer salir, la puerta no cedía. Él intentaba empujarla con todas sus fuerzas y en su desesperación se quitó la máscara, pateó un estante que le cayó encima y le exigió a la empleada del lugar que lo dejara salir.
La encargada simplemente se acercó a la puerta ¡y la jaló para abrirla! Avergonzado, James salió corriendo, pero fue arrestado por la policía mientras todavía llevaba la máscara y el botín en sus bolsillos.
9. Encerrado en un automóvil
Esto sucedió en la ciudad de Pretoria, la capital de Sudáfrica. En cuanto el dueño de un vehículo lo dejó estacionado cerca de un juzgado y se fue, un delincuente usó un dispositivo especial para abrir la puerta y meterse al auto. Pero en cuanto estuvo dentro, el sistema de seguridad del vehículo bloqueó las puertas, encerrando al bandido. El pobre tipo empezó a pedir ayuda a las personas, diciendo que era un guardia de seguridad.
Aunque la policía llegó, tampoco pudieron abrir el vehículo y el ladrón estuvo más de una hora y media atrapado hasta que el dueño volvió y desbloqueó las puertas.
10. Rescate de altura
Este ladrón en China trataba de colarse a un apartamento a través de una ventana. Sin embargo, no era tan delgado como creía y se quedó atascado en la parte de afuera. Tuvieron que llegar los bomberos y policías para ayudarlo. Uno de los rescatistas salió por una de las ventanas y empujó al ratero hacia adentro del apartamento. Al menos sí consiguió meterse al lugar, pero claramente, la ley ya lo estaba esperando para arrestarlo.