Un veterano de la guerra de Irak se había hastiado de vivir y a punto de suicidarse encontró una razón para seguir luchando en este valle de lágrimas; llegó la hora sad.
Es sabido que el trastorno de estrés postraumático es una enfermedad muy común entre policías, soldados y personas que se dedican a combatir en guerras o conflictos armados y el soldado Josh Marino es una de sus víctimas.
Después de haber combatido en Irak, Josh Marino volvió a casa sin sospechar que él se iría de la guerra pero ella no se iría tan fácilmente de él y comenzó a sufrir las consecuencias del trastorno de estrés postraumático.
Lo afectó tanto que un día Marino decidió que era mejor morir a seguir en una eterna batalla lejos de las trincheras enemigas. Escribió una nota de despedida, tomó un cuchillo y salió al patio para fumar un último cigarrillo.
Bajo la lluvia, Marino estaba por terminar su último placer cuando de pronto algo se movió en los arbustos cercanos. Un par de ojos brillaron y Marino vio a un pequeño gato negro con machas blancas aproximándose a él.
El empapado felino se acercó y se frotó en su pierna; Marino comenzó a acariciarlo y no pudo contener el llanto.
Después de este emotivo encuentro, Josh recobró la esperanza por vivir; adoptó al gato y lo llamó Scout. De inmediato tuvo gran afinidad con su nueva mascota y contó su historia a Mutual Rescue.
Esa organización se encarga de hacer reportes acerca de animales que han ayudado a personas y viceversa. La historia de Josh resultó conmovedora y emitieron un reportaje especial.
Siempre hay razones para seguir en la lucha y para Josh un pequeño gato fue lo que le hizo dar un gran paso hacia adelante. Aquí te dejamos el video: