Un veterano de Vietnam empezó a sufrir alucinaciones derivadas de la demencia senil que lo aqueja, en ellas revivía su partida a la guerra lo que lo ponía en un estado de angustia terrible.
Lawrence Silk, es el nombre de este veterano, quien estuvo en el ejército de Estados Unidos de 1954 a 1974, sirvió como ingeniero en la fuerza aérea.
El veterano tiene 84 años, y es nativo americano (mitad Chippewa y mitad Sioux), pero conforme fue cumpliendo más años, la demencia lo atacó con mayor agudeza, hasta que fue incapaz de cuidarse a sí mismo.
Además, hace dos años se cayó y se fracturó la cadera, por lo que el gobierno decidió darle asistencia, ya que su familia no podía cuidarlo, y además, Lawrence ya no los reconocía y no confiaba en ellos.
Lawrence vive en un hogar de reposo, donde recibe la visita de un miembro del ejército, que vigila que todo vaya bien; además, su hija menor Julia y su esposo Kenny acuden para dejarle su comida favorita, pero no entran a verlo, pues se pone ansioso…
Kenny, comentó en entrevista con Unilad:
Hace unas seis semanas, su memoria y sus conversaciones sobre su pasado se volvieron muy erráticas. Algunos recuerdos eran absurdos y algunos estaban tan claros como si fueran ayer. Pero a través de los altibajos, la única cosa a la que se ha aferrado es que le preocupa que la Fuerza Aérea lo envíe de regreso a Vietnam. Habla a menudo y con gran detalle acerca de los hombres con quienes servía y cree que habló con ellos ayer. Él es uno de los hombres más duros que he conocido y ninguno de nosotros lo ha visto llorar, pero llora cuando recuerda su deber de regresar.
El miércoles pasado, después de una visita con él, mi esposa llegó a casa y se descompuso, porque a pesar de nuestros mejores esfuerzos no pudimos convencerlo de que estaba jubilado y que no necesitaba volver. Le planteé a mi esposa la posibilidad de conseguir que un oficial militar viniera, uniformado, y básicamente lo relevara de su responsabilidad.
Y así lo hicieron: contactaron a un veterano de su antiguo escuadrón, quien se puso el uniforme y le informó a Lawrence que estába “relevado de sus deberes”, es decir, “no tendría que ir a Vietnam”.
Kenny continuó con el relato:
Mi esposa dijo que sonaba como una buena idea y me pidió que le ayudara a buscar a alguien. En cinco minutos escribí un párrafo corto y lo compartí en Facebook, en un grupo cerrado de la comunidad, aquí en nuestra ciudad natal de Vancouver, Washington.
En pocas horas recibí más de un centenar de ofertas de reclutas y oficiales activos y jubilados, como voluntarios para ayudar. A la mañana siguiente habíamos arreglado que un teniente coronel retirado viniera a visitarlo al día siguiente. Por suerte, el teniente coronel se había retirado del mismo escuadrón de ingeniería civil en el que mi suegro sirvió en Vietnam.
El oficial retirado le explicó a Lawrence que él estuvo en su escuadrón, además de ir uniformado y mostrarle su insignia como ingeniero, le llevó un documento que señalaba su fecha de jubilación, lo que tranquilizó al veterano.
El encuentro fue grato, y parece que surtió efecto, pues ahora el ingeniero militar está en calma, luego de saber que no tendrá que volver a la guerra de Vietnam…
Kenny señaló:
Hemos publicado esta historia en las redes sociales, con la esperanza de que sea edificante para las familias en situaciones similares, y lo puse en la página de un veterano en Reddit, pero no teníamos ni idea de que sería algo tan grande. Lo que queremos transmitir a la gente, si están interesados en esta historia, es lo especial que es la hermandad entre los veteranos. Que un completo extraño vino a nosotros cuando más lo necesitábamos y dio compasión, esperanza, honor y dignidad a mi suegro.
En cuanto a la demencia, no podríamos empezar a dar consejos a la gente en nuestra situación. Solo recuerden tratar a sus seres queridos de la manera en que ustedes desearían ser tratados.
Ahora Lawrence está mejor, y por supuesto, su familia también. Afortunadamente su compañero del ejército logró actuar en el momento preciso y darle la paz que el veterano necesitaba.
La demencia senil y enfermedades como el Alzheimer no son nada sencillas, se requiere de mucha paciencia y fuerza de parte de la familia.