Una despedida de soltero sirve como la última fiesta donde los amigos se juntan y pasan el último fin de semana salvaje, festejando la soltería y la hermandad. Para cualquier persona eso es una despedida de soltero, excepto para Robbie Chernow.
Él viajó a Chicago para la despedida de soltero de uno de sus amigos, pero él no contaba con que los vuelos de todos sus amigos se habían cancelado, así que él tuvo que festejar solo.
Usando el hastag #ChicagoForOne (“Chicago para uno”), Robbie detalla su viaje, del cual algunos de sus amigos dijeron que era “el viaje mas triste desde el Titanic”.
“Gracias por invitarme a tu despedida de soltero y que luego tu vuelo quedara cancelado, entonces soy el único presente. Vamos Bears!
Su paseo en barco fue sencillamente genial, con todo el espacio que le sobraba.
Su cara lo dice todo…
“Al parecer toda mi sección también compró vuelo por Delta…”
Unas promotoras de tarjetas de crédito le tuvieron lástima y le regalaron un imán para el refrigerador después del partido
Con el capitán del siguiente paseo en barco.
Según la empleada del restaurante: “Estos sandwiches son hechos para ser compartidos, pero te ves lo suficientemente triste para terminarte uno tú solo”.
Su foto en The Bean, en el Millenial Park, lugar famoso para tomarse fotos grupales de amigos. ¡Sin embargo la versión de Robbie Chernow es brillante!
Los recuerdos magníficos comienzan aquí
Las personas reconocían a Robbie Chernow en la calle, dada su repentina fama.
El mesero también lo toma con bastante humor.
Buscando amigos, justo como la estatua del capitán.
Parece que hasta los parques estaban vacíos en la travesía de Chernow.
Un reportero lo encontró en la calle y no desaprovechó para entrevistarlo y tomarse un selfie con el.
¡Las actividades tenían que continuar!
Por suerte no se tomó esa foto desde adentro del carrusel!
Fue al partido totalmente solo
La fiesta debía continuar
El vuelo de Chernow
Por fin llegó el novio y los demás amigos. La fiesta comenzaba para ellos, pero para Robbie fueron 2 días que nunca olvidará… ¡ni nosotros!