Luego de todo el teatro y hablar sobre cómo iba a proteger a su país de los bad hombres, aparentemente, Donald Trump solo pretendía proteger a los “worst hombres” de todos, o sea, los peores malandrines, que resultaban estar bajo su mando, como es el caso de Steve Bannon, de 68 años, recién acusado de defraudar a contribuyentes y donadores que querían “su muro” para protegerlos de los “malvados migrantes”.
El pasado 8 de septiembre, Bannon, exasesor del expresidente Donald Trump, compareció frente a la corte de Nueva York luego de que investigadores estatales armaran un juicio en su contra por robar los 25 millones de dólares del dinero que la gente donó para construir el muro fronterizo. Bannon se declaró inocente, pero, como se va revelando la cosa, de inocente no tiene nada.
Al fin lo agarraron
Así como el expresidente que lo otorgó, el indulto presidencial que emanó de Trump para alivianar a su cuate Bannon no ha sido capaz de cumplir con sus objetivos, pues ahora está preso acusado de lo mismo de lo que “lo salvó” el también empresario en su momento. En 2020, fiscales federales lo señalaron como ladrón de millones de dólares… solo para ser perdonado por el magnate.
Ahora, esposado y a disposición de las autoridades, Bannon comparece frente a una corte neoyorquina por prácticamente los mismos cargos, excepto que ahora es del fuero estatal, y no federal, volviendo nulo el perdón que le regaló Trump.
Perdió su tarjetita de “sale libre de la cárcel”
En su momento, Bannon prometió a la gente que quería ver el muro erigido que podían confiar en él para lograrlo. A través de una campaña de recaudación de fondos, el estratega político logró reunir unos 15 millones de dólares para llevar a cabo el proyecto de ingeniería.
Para ganarse aún más la confianza de los defraudados, Bannon aseguró que lo hacía por convicción y que no cobraría un salario ni por organizar los esfuerzos ni por administrar los fondos, asegurando que 100 por ciento de estos irían a la construcción del muro. Claro que si los contribuyente hubieran sabido que sus únicas prácticas administrativas consistirían en desaparecer el dinero, quizá no hubieran tenido las billeteras tan abiertas.
Soy inocente, no me callarán
Vociferando mientras entraba a la oficina del fiscal de distrito, Bannon dejó bien claro a los camarógrafos que creía estar “siendo atacado y perseguido políticamente, para desprestigiarlo a él y a su show de extrema derecha War Room (cuarto de guerra)”.
Los argumentos para inventarse esa disparatada historia fueron los escasos dos meses restantes para iniciar el ejercicio de las elecciones parciales de 2022. Luego de esto, se pudo apreciar que el acusado estaba esposado y a disposición de las autoridades.
Múltiples problemas con la ley
A pesar de que el abogado de Bannon, David Schoen, declaró que su cliente no iba a ir a ningún lado y que pretende enfrentar todos los cargos hasta las últimas consecuencias, la verdad es que el horizonte se ve gris para exasesor del expresidente Donald Trump. Las acusaciones de seis cifras de lavado de dinero, conspiración para defraudar y conspiración fueron interpuestas por el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg.
Letitia James, la fiscal estatal, le dijo a Bannon que mentir y obtener beneficios con base en esa mentiras es un delito y que en Nueva York sí será responsabilizado por sus actos. De acuerdo a ella, el exasesor del expresidente Donald Trump se aprovechó de los donantes para enriquecerse a él mismo y a sus amigos y ahora que el estado de Nueva York está a cargo, ningún indulto lo pondrá por encima de la ley.