La contaminación de los océanos preocupó a este emprendedor, por eso comenzó a desarrollar una investigación para inventar un sistema que elimine el plástico que en ellos se deposita.
Boyan Slat es un holandés de 23 años que abandonó sus estudios de ingeniería aeroespacial para dedicarse a cuidar los océanos del planeta. Desde niño había tenido el gusto por la invención y ahora dedica sus esfuerzos a un plan de trabajo en la asociación The Ocean Cleanup creada por él mismo.
Slat ya era conocido por lo menos en el mundo de los récords Guinness cuando en 2008 consiguió lanzar simultáneamente 213 cohetes de agua. Pero este reconocimiento solo fue el primero que vendría a su vida.
En 2011, mientras hacía buceo en las costas de Grecia, se dio cuenta de que en el agua había más plástico que peces. Entonces dejó sus estudios en la Universidad Técnica de Delft, en los Países Bajos, para empezar una nueva vocación de cuidado ambiental. Creó Ocean Cleanupy fue invitado a las charlas TEDx para presentar su proyecto de limpieza de océanos.
Su investigación inició en Japón, pero después se enfocó en una zona conocida como la “isla de basura”, una gran mancha de desperdicios ubicada en el Pacífico. Su proyecto incluía el desarrollo de tecnología y con él logró recaudar 2.2 millones de dólares para comenzar con una limpieza a gran escala.
Los estudios que realizaron arrojaron algunos datos interesantes. La isla de basura es dos veces mayor en extensión que Texas y tres veces más grande que Francia, y las 80 mil toneladas de plástico de la que está hecha es el peso equivalente a 500 jumbojets.
Basándose en esas cifras, el proyecto de Boyan pretende hacer una limpieza total del Pacífico en cinco años, iniciando a mediados del 2018. Es una gran meta y el dispositivo que usarán es un sistema pasivo de redes que aproveche las corrientes marinas para reunir la basura plástica.
Gracias a esta iniciativa, Boyan ha recibido galardones como el premio Campeones del Planeta del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la revista Reader’s Digest lo nombró como el Europeo del Año 2017.
Con ingenio (y un gran fondo económico) está preparándose para lo que, se espera, será un enorme logro en favor de la naturaleza y el cuidado del medio ambiente.