Desgraciadamente, conocemos muchas historias de padres que dejan a sus hijos, pero también existen madres que se desentienden y es el hombre quien se hace cargo de cuidar, educar y darle todo el amor a su pequeñito, como Luis Fernando Palacios, un joven de Monterrey, México, quien decidió quedarse al lado de su retoño, demostrando que cuando se quiere, un padre no solo es bueno para “ir por cigarros”.
Luis tuvo una breve relación con una vecina, pero la chica quedó embarazada y esto trajo problemas, como la exigencia de la familia de ella para que se casaran, pero él no accedió. Además, la madre insistía en interrumpir el embarazo porque no quería tener un hijo en ese momento, pero él no estaba de acuerdo, aunque no tenía otra opción más que aceptar la decisión que ella tomara.
Total, pues era una decisión de ella aunque yo no quería y estaba rotundamente en desacuerdo. No podía hacer nada, ya que era su cuerpo y ella decidía. A mí me tocó callar y alejarme, optó por tomarse unas pastillas y desde ese momento me dijo que ya no iba estar embarazada.
-Luis Fernando
Sin embargo, en una visita al ginecólogo supieron que el bebé seguía creciendo en el vientre y estaba sano, con 18 semanas de gestación, por lo que consideraron que el aborto no era una opción. Así que continuaron con el embarazo, aunque Luis comenta que la madre parecía no estar de acuerdo, lo que se evidenció desde el momento en que el pequeño Fabri llegó al mundo, pues poco a poco ella se fue alejando.
Fue a visitarlo al tercer día (de nacido), 30 minutos solamente y después de ahí pasó una semana, ya era cuando me estaba moviendo con mis abogados. Antes de eso, mis abogados no querían tomar mi caso porque nunca les había tocado algo así que lo hayan dejado (al bebé) antes de registrarlo.
Ante la lejanía de la madre, Luis buscó la forma legal de tener la custodia de Fabri, lo que finalmente logró con sus abogados y porque ella tampoco opuso resistencia, aceptando pasar solo algunos momentos con el niño y ser ella quien pagara pensión alimenticia para la manutención del menor. Además, Luis temía cada vez que se lo llevaba porque dudaba que le brindara los cuidados necesarios.
Ella dará pensión alimenticia de 200 pesos por semana (que no los ocupaba), tenía derecho de verlo las horas establecidas, así fueron dos meses, pero en eso era un martirio porque no sabía si lo cuidaba bien o si lo alimentaba bien.
En abril del 2020 se cumplió un año sin que la madre preguntara siquiera por el niño. Sin embargo, no ha hecho falta porque la mamá de Luis ha ocupado ese espacio. Además, todo el cariño y cuidados que le brinda su padre han sido suficientes para que Fabri crezca sano y rodeado de todo el amor que necesita. Esto es un ejemplo de que no siempre los padres son los que salen corriendo ante una responsabilidad tan grande.