Lo que para él es un día más de trabajo, para la madre de este niño y todos los que han visto esta foto representa un acto de amor infinito; este peluquero se tuvo que tirar al suelo para poder cortarle el cabello a un niño con autismo.
Su nombre es Francis ‘Franz’ Jacob y tiene una peluquería con de estilo vintage en Rouyn-Noranda (Québec, Canadá); Wyatt Lafrenière es uno de sus los clientes más especiales, pues tiene siete años y tiene autismo.
Hace dos años que estos dos se conocen, y antes de ello, a la madre de Wyatt le costaba mucho encontrar un lugar donde pudieran cortarle el pelo a su hijo:
Es un héroe de todos los días. Se encarga de todo, no tengo que hacer nada, me quitó un peso de los hombros; dice Fauve Lafrenière a Radio Canadá.
Este caso se hizo famoso después de que la madre publicara esta foto en Facebook:
Todos los comentarios hablan del gran corazón de Franz, sin embargo, a estas alturas él lo ve como lo más normal del mundo, Wyatt es un cliente más, aunque tiene que tomar sus medidas especiales para cortarle el cabello.
A Wyatt no le gusta mucho quedarse en la silla y hay días en que sufre hipersensibilidad y no soporta que toquen el cabello. Así que, a su peluquero no le queda más que perseguirlo por toda la tienda para hacer su trabajo:
A veces le corto el cabello parado, otras sentado sobre una silla y después la otra, sentado sobre el regazo de su madre. Esta vez se tiró al piso, entonces lo seguí para terminar el corte.
Para que Wyatt esté más cómodo, Franz recibe a su último cliente y luego cierra la peluquería exclusivamente para este pequeño de seis años y su madre, para que él esté más cómodo y relajado. Un corte de cabello le puede tomar hasta 77 minutos.
Sobre el gran trabajo de Franz, la madre menciona lo siguiente:
Es fantástico, cuando llegamos a la peluquería recibe a Wyatt como a un amigo y el pequeño está fascinado. Hace todo lo posible para que esté cómodo. No creía que fuera posible antes de encontrar este lugar.
La señora Lafrenière espera que la difusión de estas imágenes ayudan para que las personas se den cuenta de que existen otras formas de acercarse a las personas diferentes. Por su parte, Franz está sorprendido con la respuesta que ha desatado su labor como peluquero, pues ha recibido mensajes de aliento desde Japón que incluso lo han conmovido hasta las lágrimas.
Pero, mientras muchos lo llaman héroe, él menciona que está lejos de serlo, pues sólo está haciendo lo mejor para su comunidad:
Es un aspecto del trabajo de peluquero que pocos conocen. Atiendo a personas con trastornos del espectro autista pero también a personas que sufren enfermedades terminales y me piden un último corte de pelo. Estos son siempre momentos llenos de emociones, todo el mundo llora. Estoy muy orgulloso de poder hacerlo.