Hunter Ray Barker es un apasionado de la comida mexicana que venden en un restaurante llamado Los Toros, ubicado en Chatsworth, al noreste de Los Ángeles, que empezó a vender alimentos desde 1967 y debido la pandemia, hoy atraviesa por una severa crisis que lo ha puesto al borde del cierre total, lo que Hunter no está dispuesto a permitir y es capaz de hacer cualquier cosa para impedirlo.
Este lugar es bastante popular, incluso Gordon Ramsey estuvo ahí para grabar un capítulo de Hell’s Kitchen. Para Hunter también tiene valor sentimental, ya que recuerda que en ese restaurante celebraban sus cumpleaños cuando era un niño, así que para llamar la atención de más clientes decidió sumergirse por 24 horas en una tina llena de frijoles y así intentar salvar su lugar favorito.
Seguro te estarás preguntando si se salía cada vez que iba al baño y la respuesta es no. Sin embargo, tampoco dejaba sus desechos en la tina, sino que se conectó una sonda para orinar y tenía un embudo conectado a un tubo para defecar. Al menos lo tenía todo planeado, aunque eso sí, tuvo que aguantar el intenso calor del día y un poco de frío por la noche, pero al final manifestó que la experiencia fue “muy divertida”.
Este hombre es doble de acción en películas y para quienes se dedican a esto, Los Toros se ha convertido en un refugio durante años, a donde acuden a comer y beber. Más que un simple restaurante, es una especie de segundo hogar para Hunter, así que lo que se le ocurrió para salvarlo fue tratar de llamar la atención de más gente metiéndose en frijoles, y tal parece que tuvo buenos resultados, ya que durante todo el día hubo afluencia de personas pidiendo nachos y margaritas, entre otros platillos.
Aprovechando todo el tiempo que estuvo ahí, además de la presencia de un tatuador, ahora luce el logo de Los Toros en su brazo. Si esto no es ser fiel a un lugar, no sabemos qué puede serlo. Hunter señaló que es un buen momento para apoyar a los negocios locales que se han visto severamente afectados por todo el tiempo que permanecieron cerrados y las restricciones que hay todavía por la pandemia.
Por fortuna, esta extraña forma de apoyar ha mantenido el éxito, pues incluso los días posteriores a que estuvo nadando en frijoles se ha registrado una buena afluencia de clientes, lo que sin duda es un respiro para este negocio, aunque no sabemos todavía si esto será suficiente para que Los Toros sigan operando. Lo que sí sabemos es que sea como sea le estarán eternamente agradecidos a Hunter por su acto tan generoso.