Primero debemos aclarar que Suazilandia sí existe, no es un país sacado de los cómics, como Wakanda, así que no te confundas.
Luego de esto, su rey, Mswati III, monarca absoluto de este territorio de 17,364 kilómetros cuadrados y poco más de 1, 343,000 habitantes, como un buen esposo le compró un automóvil de lujo a cada una de sus 14 esposas, y otro para su madre, además de 80 autos de BMW para otros miembros de su familia.
Su nombre es Makhosetive Dlamini y heredó el poder cuando su padre murió a causa de una neumonía en 1982. Sin embargo, como era muy joven, en 1983 solo fue coronado como príncipe, y no fue sino hasta 1986, cuando cumplió los 18 años, que fue coronado como rey de Suazilandia.
Se convirtió en el rey más joven de su país, en el que se permite que tenga varias esposas, que él mismo elige, ya que de acuerdo a sus leyes cualquier mujer virgen puede aspirar a ocupar ese lugar. En 2005 se organizó una pasarela de 50,000 mil mujeres para que este hombre escogiera.
Ahora tiene 14 esposas, a las que llena de lujos, gracias al dinero del erario público, como su propio palacio, viajes y coches de lujo, entre otras cosas, y es que en ese país está tipificado como delito el hacer señalamientos sobre la vida del rey.
Recientemente, desde el puerto de Durban, en Sudáfrica, llegó un barco a Suazilandia con los 15 Rolls-Royce nuevos, así como la increíble cantidad de 80 vehículos BMW, con un valor superior a los 16.5 millones de dólares.
Aunque está prohibido, por supuesto que hubo reacciones en contra ante tal dispendio, pero la familia real asegura que todo se pagó con dinero privado, gracias a la venta de algunas propiedades, y además de que el rey tiene su propia fortuna personal, calculada en más de 200 millones de dólares.
Además, durante sus viajes, que son constantes, se lleva a todas sus esposas y un séquito que puede superar las 80 personas, por lo que renta hoteles, villas o condominios completos, y también se lleva algunos de sus vehículos de lujo, así que ya te imaginarás cuánto se gasta.
Todo este lujo y dispendio contrasta con el hecho de que hasta un 63% de la población que dirige se encuentra en condiciones de pobreza, además de otro dato alarmante: es una de las naciones con más personas infectadas de SIDA. Tan solo para 2013 se estimaba que hasta un 39% de los habitantes entre 15 y 49 años tenían el virus.
Afortunadamente estas cifras se han podido frenar en los últimos años, no así el gasto que el monarca hace cada vez que le viene en gana, con tal de mantener contentas a sus mujeres, aunque tampoco ha funcionado mucho, pues al menos una de ellas se quejó públicamente y prefirió abandonar su palacio y los lujos que soportar el maltrato sicológico al que dijo ser sometida.
Sin embargo, esto tampoco le importa mucho a Mswati III, pues fácilmente puede elegir otra esposa y hacer prácticamente lo que quiera, por el poder ilimitado que tiene sobre su pueblo, así que seguirá con su vida de “galán”…
Increíble que sucedan estas cosas, aunque seguramente el juicio de la historia lo condenará, si es que no lo hace antes su pueblo.