Desafortunadamente miles de especies animales son sacrificados cada día para satisfacer la demanda de distintas áreas del consumo humano como la alimentación o la moda, en esta última se hace notar el caso de los zorros, que debido a su belleza son atrapados y convertidos en abrigos, bolsas o cualquier tipo de accesorio. Sin embargo, en esta historia sí hay un final feliz para uno de estos animales y todo gracias a un joven ruso.
Yaroslav es un joven ruso quien por casualidad dio con una “granja de pieles”, algo que en Rusia es legal. Sin embargo, cuando entró para ver qué es lo que hacían ahí, se impactó con todos los animalitos que serían sacrificados. Conoció a Woody, un pequeño zorro, y de inmediato sintió que debía hacer algo para evitar que lo mataran, así que habló con los dueños de la granja.
Aceptaron entregarle a Woody, siempre y cuando pagara el valor de lo que obtendrían por su piel, así que Yaroslav reunió el dinero y lo pagó, pero ahora el problema era tener un lugar adecuado, así como brindar los cuidados adecuados al zorro, por lo que tuvo que aprender la manera de comunicarse con su nuevo compañero. Al principio no fue nada fácil, pues después de estar en la granja, le parecía algo extraño ahora convivir con un humano, en una casa.
El objetivo de Yaroslav es lograr que Woody viva en su hábitat natural, sin embargo, considera que todavía no es buen momento para hacerlo porque el zorro creció en la granja, así que no se ha adaptado todavía a la vida al aire libre, aunque ya ha tenido algunos acercamientos. El joven le construyó una especie de perrera fuera de la casa, pero como los zorros son muy inquietos, el animalito cavó túneles y se escapa de vez en cuando.
Aunque ambos se la pasan bien juntos y se divierten, la realidad es que no ha sido nada fácil, pues, de acuerdo a Yaroslav, tener un zorro en casa es como tener al mismo tiempo a un perro y un gato muy traviesos, además de que esta especie no es doméstica. Al final logró salvarlo de ser sacrificado y solo espera que Woody adquiera tanto las habilidades como fuerza suficiente para liberarlo en su hábitat, esperando que no sea atrapado de nuevo, cazado o que termine en un abrigo.