Vicente Fernández es un ícono de la música mexicana, con una trayectoria que abarcó varias décadas y que lo llevó a ser un ídolo fuera de las fronteras de México. Además, tuvo la oportunidad de protagonizar varias películas y ahora es uno de los máximos referentes de su cultura, por lo que desde que se supo que su estado de salud iba empeorando, ya se empezaba a especular sobre un desenlace definitivo.
De acuerdo a información filtrada, presuntamente por un amigo cercano a la familia Fernández, desde el pasado 5 de octubre, la salud del llamado Charro de Huentitán comenzó a empeorar y hasta se declaró muerte cerebral. Hoy en día está conectado a dos ventiladores que lo mantienen en estado crítico, pero los médicos aseguraron que ya no hay nada que se pueda hacer para evitar su muerte.
De acuerdo a esta persona, de quien no se ha revelado la identidad, ante la situación tan complicada, los médicos se han dado por vencidos porque no existen probabilidades de que se pueda revertir la condición por la que atraviesa el cantante. Además, esta fuente le aseguró a Tv Notas, una revista de espectáculos, que máximo le quedarían dos semanas de vida al cantante.
Sin embargo, la familia emitió un comunicado en el que asegura que “Chente”, como es conocido, se encuentra estable, lo que ha hecho más grandes las dudas que se tienen sobre su salud. Habrá que esperar a que circulen más datos y sepamos cuál es el estado real. Por lo pronto, es buen momento para rendir homenaje al gran charro.
Vicente Fernández Gómez nació el 17 de febrero de 1940 en Huentitán el Alto, Jalisco. A los 14 años participó en un concurso de canto para aficionados y se ganó el primer lugar. Desde entonces comenzó a cantar en restaurantes, bodas y otros eventos, hasta que en 1960 se presentó en el programa La Calandria Musical, que se transmitía en Guadalajara, lo que le dio popularidad en su tierra.
Después emigró a la Ciudad de México como parte del elenco que se presentaba en el restaurante El amanecer tapatío. Después comenzó a presentarse en cabarets y poco a poco se fue dando a conocer de forma local y haciendo amistad con varios de los mariachis más populares de la época.
En 1966 firmó contrato con CBS México y desde ahí vino el éxito total con altas ventas en sus discos, la radio pasaba sus canciones por todas partes, empezó a conducir un programa de televisión, abarrotaba palenques, así como cualquier lugar en el que se presentaba y en 1971 filmó su primera película.
“Chente” alcanzó la fama internacional por la canción Volver, volver, llegando a varios países de Centro y Sudamérica, sobre todo en Colombia, donde es un ídolo. Con esta canción rompió récords de ventas en España, América Latina y Estados Unidos, por lo que desde la década de los 70 ya era considerado uno de los más grandes cantantes de música ranchera de todos los tiempos.
Más de 50 discos y 20 películas avalan la trayectoria de un grande de la canción, pero sobre todo destaca su humildad y cercanía con el público, al que siempre se entregó en cada presentación, que a veces eran maratónicas, ya que tenía una frase que se hizo célebre: “Mientras no dejen de aplaudir, ‘Chente’ no deja de cantar”. El público pedía más y él continuaba deleitándolo con su voz y sus canciones.
Independientemente del desenlace, es un buen momento para rendir homenaje al gran “Chente” Fernández, cuyas canciones no pueden faltar en las cantinas y reuniones donde se brinda con tequila, así que brindamos por la vida de este ídolo y lo celebramos con una de sus más grandes interpretaciones, deseando que su vida haya sido “a su manera”.