La primera regla del Club de la Pelea es no hablar del Club de la Pelea, sin embargo hoy vamos a romper esa regla.
A pesar de que la versión cinematográfica del Club de la Pelea salió hace una década y media, ésta sigue siendo una piedra cultural, especialmente en cuanto a las discusiones sobre la masculinidad.
Una de sus tantas características es que sus líneas son ampliamente profundas y citables, como “Somos una generación de hombres criados por mujeres”, una cita que aparece regularmente en el panorama de los medios sociales. Tanto así, que la mención del Club de la Pelea ha caído un poco en un cliché, y corre el riesgo de inducir una moda antes que una verdadera reflexión.
Por lo tanto, hemos decidido compartir este post que analiza la importancia de la obra con nuevos ojos, a fin de obtener una apreciación más profunda de lo que realmente es. Échemos un vistazo a lo que el Club de la Pelea nos puede enseñar sobre cómo vivir una vida con valentía.
1. Memento Mori
“Ésta es tu vida, y se está acabando un minuto a la vez”
Memento Mori es una frase latina que significa “Recuerda que eres mortal”, y hasta que reflexionas sobre ella es que entras en movimiento (incluso, no será hasta después de leer este artículo que el concepto dé en el blanco). Con cada minuto que pasa, tu vida está a un minuto más cerca de acabar. Es un poco aterrador pensarlo, sin embargo ése es todo el punto, pues muchos de nosotros, especialmente cuando somos jóvenes, vamos por la vida sin concepto alguno de lo frágil que es nuestra vida.
Tyler Durden sabe que nuestro conocimiento de la muerte es crucial para nuestro crecimiento: “Ustedes van a morir, y hasta que no entiendan esto son inútiles para mí”. Por lo tanto, una vez que estemos conscientes de que algún día moriremos, seremos más propensos a hacer algo realmente significativo con nuestras vidas. Hazte la siguiente pregunta: “¿Qué te hubiera gustado hacer antes de morir?”.
2. Una vida limpia está sobrevalorada
“No quiero morir sin tener algunas cicatrices”
Vivimos en un mundo muy limpio: desinfectantes, detergentes de lavandería, duchas diarias y cera para el coche; todas estas cosas son parte de nuestra rutina. Hacemos todo lo posible para mantener nuestro pequeño mundo limpio, ordenado y libre de cicatrices. Cubrimos los agujeros en las paredes, reparamos las abolladuras del coche, e incluso utilizamos cremas anticicatrices para ocultar algo que la vida nos dejó. No obstante, nuestra adicción a la limpieza -tanto en nosotros mismos como en nuestra casa- podría causar que el sistema inmunológico se vuelva más débil.
Por lo tanto tener cicatrices significa que has vivido, que estás tomando riesgos y que vas por un camino que en realidad no es fácil, todo esto para tener una vida más digna. El roce ocasional sirve como una experiencia de aprendizaje y un recordatorio para las luchas futuras.
3. Alcanza tus propios objetivos
“La gente solía sentarse en el baño a ver pornografía; ahora se sienta con un catálogo de IKEA”
No entendí el concepto de mantenerse al día con los vecinos hasta que conseguí un trabajo y empecé a hacerme de mis cosas: estoy contento con mi coche, mi casa, mi césped; hasta que veo a mis amigos y vecinos con coches más bonitos, casas más grandes y el césped más verde. Entonces la batalla por la realización inicia. No obstante, es una realización que sólo te da más peso y más carga. Un coche más bonito significa reparaciones más caras, una casa más grande significa más pies cuadrados para mantenerla limpia.
Entonces, ¿cómo escapar del materialismo rampante que se apodera de nuestra sociedad? El narrador del Club de la Pelea nos da una respuesta sorprendente y simple: “Si no sabes lo que quieres, terminas teniendo un montón de cosas que no necesitas”. Un sentido de dirección y propósito -saber lo que quieres- mantendrá tu mente lejos de los demás a bien de alcanzar tus propios objetivos, no los de los demás. Es necesario que te tomes el tiempo para pensar lo que realmente necesitas. y a partir de allí crear metas viables. Cuando te centres en la elaboración de tu propio mundo, te preocuparás menos por otras personas.
4. Hay un peleador en todos nosotros
“Me encanta todo de Tyler Durden. Los hombres lo admiran y esperan a que les cambie su mundo. Tyler es capaz y libre, y yo no. No soy Tyler Durden”. “Pero tú eres Tyler”, le dijo Marla.
El pálido, tonto, tímido y cobarde narrador fue Tyler todo el tiempo. Algo que Marla le tuvo que recordar. Por lo tanto no puedo pensar en una mejor metáfora para el estado de nuestra masculinidad que ésta: hay un hombre seguro, fuerte, resistente y viril en todos nosotros. Tienes que recordarte a ti mismo esto a veces. Recuerda que hay una brecha entre el hombre ideal (Tyler) y lo que eres, y es la tarea de cada hombre cerrar esa brecha, algo que hizo el narrador.
Hay un peleador dentro de ti que está esperando para hacerte estallar y ponerte en movimiento tan pronto como se lo permitas. Por supuesto no se lo permitirás mientras estés jugando Candy Crush o estés viendo Padre de familia; el peleador dentro de ti te despertará cuando leas más y trabajes más… o tal vez hasta que empieces tu propio Club de la Pelea.