China ha estado aplicándole la “ley del hielo” a Keanu Reeves desde que el actor participó en el 35° concierto en beneficio del Tíbet, celebrado el 3 de marzo de este año, y no solo es el gobierno, sino las empresas e incluso la población.
El asunto de la independencia del Tíbet es un tema espinoso y sumamente controversial en el gigante asiático y al encontrar la postura de Reeves inaceptable, las audiencias no asistieron a ver Matrix Resurrecciones y los servicios de streaming de la nación desaparecieron los contenidos que mostraban a Reeves. Así, el trato frío del pueblo chino ha logrado que el actor estadounidense de ascendencia china prácticamente haya desaparecido del país.
Censurando a Neo
Es increíble, pero aparentemente el control de los medios de comunicación por parte del gobierno chino es sumamente eficaz y poderoso. Desde el momento en que Reeves anunció que iba a participar en el concierto a favor del Tíbet, tanto las redes sociales como los canales oficiales se pusieron de acuerdo para boicotear al actor.
Al igual que un mecanismo de relojería bien aceitado, mensajes de odio y que tachaban al popular actor como “un traidor a sus raíces”, conminándolo a que dejara “en paz el asunto del Tíbet, porque no le incumbía”, así como la desaparición de unos 19 títulos de Reeves en las plataformas de streaming chinas dan una panorámica sorprendente del férreo control oficial sobre el devenir de su pueblo.
No te metas con el Tíbet… si no eres China
China tomó el control del territorio del Tíbet desde 1949. La nación independiente de budistas, en la región del Himalaya, fue derrotada con relativa facilidad y “anexada” a China. Desde entonces, el país asiático dice que el Tíbet es parte de él, pero los tibetanos “disidentes”, notablemente el Dalai Lama, defienden la “independencia del Tíbet”.
El tema de la invasión y ocupación del Tíbet se trató en el filme Siete años en el Tíbet (1997), el cual, en su momento, le valió su propia censura al actor Brad Pitt, quien ya se ha contentado con el gobierno de China, para alivio de su bolsillo.
¿Quién fue?
Aunque no queda claro exactamente de dónde vino “la orden” para desaparecer el contenido que mostraba al actor de Matrix, se sospecha que las acciones podrían ser de “autocensura” en algunos casos, pues los servicios de streaming podrían haber querido evitar roces con el gobierno removiendo el contenido antes de que se los pidieran siquiera.
En el caso del boicot en las salas de cine, aunque se siguió exhibiendo Matrix Resurrecciones, en redes sociales se empezó una campaña, aparentemente popular, pero tal vez impulsada por bots, para llamar a las audiencias a pasar de largo la nueva entrega de la famosa saga.
No es el único
Y, claro, aunque en la industria del entretenimiento es prácticamente un suicidio comercial provocar que te censuren en China, Reeves no es el único ni el primero en resultar incómodo para el país y su régimen.
Ejemplos notables de actores que se han ganado la animadversión del gobierno chino son Brad Pitt, por Siete años en el Tíbet, donde se expone la invasión del Tíbet por parte de los chinos, y Richard Gere, por sus declaraciones en apoyo al movimiento independentista tibetano.