Vladimir Putin, el Chuck Norris de los presidentes, ha sorprendido a todo el mundo con otra noticia. Y ahora se acaba de convertir es el beneficiario de una herencia después de que se conociera la historia secreta de un alumno agradecido con su maestra.
La noticia es que el presidente de Rusia fue nombrado heredero de un pequeño departamento en Tel Aviv, Israel, pero esa noticia que suena extraña, tiene un trasfondo más interesante.
Él le regaló el mismo departamento a su maestra, años antes, en agradecimiento por enseñarle alemán. Ahí vivió desde hace más de 10 años Mina Yuditskaya Berliner.
Berliner era su maestra de alemán cuando él estudiaba en el bachillerato. Ambos volvieron a tener contacto hasta 2005, 40 años después de que Putin aprendiera el idioma.
La historia comenzó en 1967, cuando ella vivía en San Petesburgo, Rusia, y trabajaba como maestra. Más tarde, en 1973, emigró a Tel Aviv para convertirse ciudadana de Israel.
Ambos perdieron contacto desde entonces, pero en 2005, durante una visita de Putin a Israel, Berliner pidió verlo en la embajada. Su alumno accedió y la reunión se llevó a cabo, ahí ambos tomaron el té en privado.
Berliner incluso pudo conocer al primer ministro de Israel, quien le preguntó si Putin era un buen alumno. Ella declaró más tarde que Putin comenzó rompiendo el hielo en la reunión, diciendo: “Ya ve, ahora soy calvo”.
A partir de entonces, Putin no olvidó a su maestra. Le enviaba distintos tipos de obsequios, desde su biografía hasta un reloj y más tarde, un departamento.
“Les dije que todo lo que necesitaba era un piso que estuviera cerca de la estación de autobús, el mercado y la clínica de salud”, declaró Mina Yuditskaya, sobre la decisión de Putin.
Putin supuestamente le regaló un departamento en el centro del a ciudad. Tristemente, la maestra falleció el pasado mes de diciembre, haciendo heredero de sus bienes, a su antiguo alumno.