La falta de información, declaraciones dudosas de testigos y un juicio con procesos muy cuestionables llevaron a un inocente a la cárcel y a una muerte totalmente injusta.
Ledell Lee fue detenido en Arkansas y sentenciado a muerte por el asesinato de Debra Reese en 1993. Ella fue estrangulada y golpeada hasta morir con un bate que su esposo le había dado para protección. Varios vecinos declararon haber visto a Ledell saliendo de la casa de la víctima y aunque no había ninguna prueba física que demostrara que él había cometido el homicidio, la policía lo arrestó.
Según la abogada Nina Morrison, el juicio contra este hombre fue un completo caos en el que no se presentó ninguna evidencia contundente. Además, el juez tenía un conflicto de interés por estar en una relación romántica con la asistente del fiscal en turno.
A pesar de todo esto, a Ledell lo sentenciaron a morir con una mezcla de inyecciones letales en el 2017. Durante los 24 años que estuvo en prisión juraba que era inocente, pero jamás se pudo hacer nada para liberarlo y murió como un criminal culpable.
Aunque este inocente ya había sido ejecutado, la investigación de su juicio siguió y ahora cuatro años después de su muerte, se descubrió que el ADN de las huellas digitales encontradas en el arma homicida no pertenece a Ledell, sino a otra persona.
Este hallazgo se obtuvo debido al Proyecto Inocencia, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles y la familia Lee, que solicitaron una nueva prueba al arma con el objetivo de exonerar a Ledell. Ahí se confirmó que el ADN era de otro hombre desconocido.
Si bien los resultados obtenidos 29 años después de que se reunieron las pruebas resultaron ser incompletos y parciales, es de destacar que ahora hay nuevos perfiles de ADN que no estaban disponibles durante el juicio o los procedimientos posteriores a la condena en el caso del señor Lee.
– Nina Morrison
El caso de Ledell ha causado polémica en EE. UU. Sin embargo, el gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, ha declarado que en el juicio que llevó a la muerte a Ledell se hizo lo que se pudo con la evidencia disponible y que en ese momento no se contaba con tanta información en el banco de datos de ADN.
Esta nueva prueba de ADN todavía no ha logrado exonerar por completo a Ledell, pero al menos ya puso en duda el severo castigo que se le dio. Ahora los abogados y fiscales están cuestionando la pena de muerte y si deberían esperar a agotar todas las posibilidades de investigación antes de cometer un error irremediable.