Joel David Kaplan logró escapar de una prisión mexicana en un helicóptero, algo que luego replicó Charles Bronson en la cinta Breakout de 1975, en lo que ha sido una de las fugas más recordadas de la historia, y aquí te platicaremos cómo fue que este hombre logró engañar a todo el mundo y escapar de la prisión de Santa Martha Acatitla, en la Ciudad de México.
En 1962, Kaplan estuvo preso por asesinar a Louis Melchior Vidal, su socio de negocios. Desde que ingresó a este penal, intentó fugarse y casi una década después, en 1971, ideó un plan junto a su compañero de celda, Carlos Antonio Contreras Castro, que contó con la colaboración de la esposa de Kaplan, un hombre llamado Victor E. Sradter, así como varios de los guardias de la prisión.
Victor, que era contrabandista y excombatiente en la Segunda Guerra Mundial, se encargó de conseguir el helicóptero, con el dinero que la familia de Kaplan le dio. Luego lo pintó de color azul, pues de ese color era el que usaba el general Julio Sánchez Vargas, en ese entonces procurador general en México, y así engañar a todos. Una vez listo el transporte, contrató al piloto Roger Hershner, excombatiente en Vietnam.
Cerca de las 6:30 p.m., cuando la mayoría de los reos y guardias se encontraba en un salón viendo una película, apareció un helicóptero Bell 47 color azul, similar al que usaba el general en sus visitas al penal, por lo que todos pensaron que se trataba de él y no hubo ningún intento por detenerlo. Kaplan y su compañero de celda aprovecharon esta confusión para abordarlo y salir del lugar sin problema, solo 10 segundos después de que el aparato volador aterrizó.
Luego, los prófugos descendieron cerca de Pachuca, en donde Carlos tomó una avioneta con rumbo a Sudamérica y Kaplan, otra con destino a Brownsville, Texas, aunque su paradero realmente fue desconocido durante varios años, en lo que los medios llamaron “La fuga del siglo”, pues no hubo violencia ni un solo disparo. Ante la justicia mexicana, esto no era un delito, ya que solo se consideraba como tal el intento de fuga en el que había violencia.
El piloto regresó a Texas y pudo aterrizar sin ningún problema, ya que la fuga no era considerada como delito. Por el mismo motivo, el FBI no buscó a Kaplan. Sin duda era un plan excelente. Mientras tanto, en México destituyeron al director del penal. Además, decenas de guardias fueron interrogados y algunos acusados de ser cómplices en la fuga, dejando a la “máxima seguridad” de este penal convertida en una burla.
Esta historia dio origen a un libro y dos películas, convirtiendo a estos hombres en leyendas, sobre todo a Kaplan porque no solo logró salir de la cárcel, sino que también pudo evadir a la justicia y vivir en libertad, pues para las autoridades estadounidenses y mexicanas no había delito qué perseguir, así que ya no encontraron la forma de hacer que regresara tras las rejas.
Kaplan continuó con su vida en Estados Unidos junto a su esposa, hasta su muerte en 1988, en Miami. Mientras tanto, Hershner se dedicó a ser piloto contra incendios y justamente murió al caer su helicóptero durante un vuelo de Washington a Virginia, a donde se dirigía a hacer su labor. De Carlos no se volvió a saber nada, probablemente permaneció en Sudamérica, pero no hay certeza si todavía está vivo o, como sus compañeros de fuga, murió. Una historia increíble.