El era un jardinero y su esposa una controladora, así que prefirió salirse de su casa y vivir en el bosque a tener que soportarla. Ahora lleva 10 años viviendo fuera de su casa y aunque el comienzo fuera duro, comenta que vive mejor que con su mujer.
El nombre de este hombre, a quien ya le vamos enviando una cerveza por su valentía, es Malcolm Applegate, ahora tiene 62 años y su esposa no le dejó otra opción que huir, pues era bastante controladora y después de que tuvo que aumentar las horas de trabajo se volvió prácticamente insoportable.
Hace poco, Malcolm se ha mudado a un albergue para indigentes al sur de Londres llamado Emmaus Greenwich, donde lo han ayudado a reconstruir su vida.
Ha sido un jardinero por 25 años y cuando se casó, pensó que encontraría la felicidad junto con su mujer, sin embargo, su exceso de quejas y su intento por controlar su vida pronto transformó su matrimonio en un infierno:
Antes de que unirme a Emmaus Greenwich, era un jardinero en Farnborough por 25 años. Amaba mi trabajo, y aún me gusta atender los jardines. No fue hasta que me case cuando mi vida se volvió insoportable.
Mientras más trabajo conseguía, el enojo de mi esposa crecía, a ella no le gustaba que estuviera fuera de casa por largos periodos de tiempo. Su comportamiento controlador empezó a salirse de control y me exigió que renunciara a mis horas de trabajo. Después de permanecer por mucho tiempo en el matrimonio, decidí que era mejor si me iba.
Sin decirle ni a su mujer, familia o amigos, Malcolm empacó sus cosas y se fue, por diez años acampó en el bosque por 10 años y no mantuvo contacto con su familia o amigos, quienes lo daban por muerto.
Pero, en cuanto escuchó del albergue para las personas sin hogar decidió apuntarse para reconstruir su vida. Lo primero que hizo tras mudarse a Emmaus Greenwich fue llamar a su hermana, que por años había visitado todos los albergues del Ejército de Salvación en búsqueda de su hermano:
Pienso que ella asumió que ya estaba muerto. Le escribí una carta cuando me establecí en Greenwich y me llamó inmediatamente, echa un mar de lágrimas.
Ahora, al comenzar de nuevo con su vida, Malcolm se encuentra muy feliz, pues sigue trabajando todos los días y de vez en cuando sale con el resto de vagabundos para recolectar donaciones para Emmaus, la empresa que lo ha ayudado a ponerse de pie.
Sin duda, Malcolm tomó hace 10 años una decisión muy difícil, escapar de una relación infernal para poder vivir tranquilo. A pesar de haber sido complicado, este jardinero no se arrepiente de nada. En serio, mándenle una cerveza a este varón.