Mientras algunos todavía se desgarran las vestiduras cuando ven a una persona con tatuajes, asumiendo que por este hecho se trata de un delincuente, en otros lugares esto ha quedado atrás e incluso quieren a alguien así como su presidente.
Este es el caso de Vladimir Franz, que nació en Praga en 1959, quien tiene el 90 por ciento de su cuerpo con tatuajes, y se convirtió en alguien tan popular que en 2013 fue candidato a la presidencia de República Checa, y aunque no ganó sí ha sentado un precedente de que la apariencia no define las ideas o la forma de actuar.
Es profesor universitario en la Academia de Artes Escénicas de Praga, donde tiene una excelente reputación; además es pintor y compositor de óperas y música clásica, y abogado de profesión:
Durante toda mi vida me pronuncié mediante la expresión artística como compositor musical y como creador sobre la evolución del mundo, de la sociedad, del hombre, del hombre en la naturaleza.
A pesar de que no logró el triunfo en la elección presidencial, se ha convertido en una figura política importante luego de algo que empezó como un momento de diversión.
Vladimir ha manifestado que ver el apoyo de tanta gente que le pedía ser el candidato le pareció algo bueno y accedió.
Respecto a sus tatuajes, ha dejado muy claro que es “mi jardín privado” y esto no afecta su quehacer político, al contrario, ya que lo busca es “una sociedad educada, culta y tolerante que no reivindique solo derechos, sino que asuma deberes”.
Mis tatuajes son mi pequeño jardín privado, ellos no son un obstáculo, me dan más valores, porque las elecciones no son un concurso de belleza. Se trata de la tolerancia y la cultura.
Sobre todo los jóvenes son quienes lo siguen, ya que para ellos representa un rompimiento con el viejo régimen y su forma de hacer política. Cariñosamente lo llaman “el candidato verde” porque sus tatuajes le han dado esta tonalidad a su piel.
Su carrera ha continuado y es viceministro de Cultura en su país; también ha presentado más discos de óperas que él compone, así que su popularidad puede ir en aumento y, quién sabe, tal vez pronto logre el triunfo y lo veamos como presidente.