Cuando nos hablan sobre los beneficios de ser constantes y pacientes en lo que hacemos, y que tarde o temprano los resultados serán extraordinarios, creemos que solo son palabras.
Jadav Payeng es la muestra de que un solo hombre puede generar cambios importantes para todo el planeta: ha plantado un bosque en la isla fluvial de Majuli, en India, la más grande de su tipo en el mundo.
En los últimos 70 años, esta isla poco a poco se ha ido convirtiendo en un desierto, debido, se cree, a los terraplenes que se han construido en las márgenes del río Brahmaputra, ya que es una zona muy afectada por las lluvias en las temporadas del monzón.
Esto fue erosionando drásticamente la isla, pero Jadav, que es ambientalista, decidió que debía hacer algo para evitarlo, así que desde los 16 años, allá en el lejano 1979, plantó su primer árbol, y esto lo ha replicado cada día desde entonces.
Durante este tiempo en el que ha plantado semillas diariamente, ahora ya ha cubierto una área de 550 hectáreas, mismas que ha convertido en un bello bosque, conocido como Molai, cerca de Kokilamukh, en Jorhat.
El beneficio ha sido inmediato, pues ahí ahora viven rinocerontes, tigres de bengala, elefantes, buitres, entre otras especies tanto de flora como de fauna. Esto también ayuda a regular la temperatura de la zona, que ha sido devastada por frecuentes sequías.
Durante casi 30 años realizó esta labor prácticamente en el anonimato, hasta que Jitu Kalita, reportero y fotógrafo lo encontró y supo de su labor. Por supuesto que esta le pareció una excelente historia, así que la compartió.
De inmediato llamó la atención, y es que no es fácil encontrar a alguien que haya plantado un bosque más grande que Central Park, en Nueva York, él solo…
Jadav Payeng es conocido como el Hombre Bosque, y se gana el sustento vendiendo leche; el resto del tiempo lo usa en reforestar la isla y en defender a las especies que ahí viven, de los taladores y de cazadores furtivos.
En diversas entrevistas ha mencionado:
Los humanos consumen todo hasta que no queda nada. Nada está a salvo de los humanos, ni siquiera tigres o elefantes.
Si una cuarta parte del mundo hiciéramos una labor similar a la de Jadav Payeng, nuestro mundo sería diferente, y tendríamos una calidad mayor de vida, sin embargo, parece que son más a los que les gana la indiferencia, o bien, aunque tienen voluntad de lograr un cambio, solo se quedan en la idea.
Este hombre se levanta todos los días a las 3 de la mañana, para ir en bicicleta hasta la zona en donde sigue sembrando. Nadie dijo que las cosas se consiguen sin algún sacrificio.
Si quieres conocer más de este hombre, aquí te dejamos el documental, ganador de una buena cantidad de premios, sobre lo que ha sido toda esta historia de respeto por la naturaleza y los demás:
A pesar de que lo veas como algo lejano, la verdad es que sus acciones cambian la vida de todos, en cuestión de rescate del planeta, y también, porque sirve como una enorme inspiración para todos, para animarnos a hacer cosas que por nosotros y los demás.