El título de realeza en el futbol no es hereditario y cada jugada que vuelve legendario a un jugador se convierte en su regalía que, al final, lo vestirá como la máxima autoridad sobre la cancha. Tal es el caso con “El rey Pelé”, un auténtico monarca que supo cautivar a la afición con su gracia y genio, convirtiéndolo en el más grande jugador del balompié en la historia.
A continuación hablaremos sobre las jugadas que convirtieron a este legendario jugador en un astro y una verdadera fuerza de la naturaleza en la cancha. Con su agilidad y vitalidad excepcionales, Pelé logró dejar grabado de forma indeleble su nombre en los anales de la historia del futbol.
Inicios: el prodigio de 17 años
Sin duda, una de las características de la carrera de Pelé es que el hombre vivió siempre el futbol y desde muy temprana edad mostró aptitudes para el deporte, destacando incluso ante otros jugadores con mayor experiencia que él. Su grandioso talento quedó evidenciado por vez primera cuando, a sus 17 años, se convirtió en el jugador más joven en anotar goles durante una Copa Mundial.
Tras la derrota brasileña en el Mundial de Suiza 1954, la escuadra canarinha introdujo a su arma secreta, el explosivo as Pelé, quien debutó en el partido contra Gales, donde fue capaz de marcar un gol para bautizarse como estrella mundialista. Pero eso no fue todo, ya que su hattrick en la semifinal frente a Francia le valió aclamo generalizado y sus dos goles durante la final ante el anfitrión de la Copa fueron instrumentales tanto para el triunfo de Brasil como para el inicio de la leyenda de Pelé, que se llevó su primer Mundial bajo el cinto.
Una marca insuperable: El milésimo gol
“Mil goles” se dice muy fácil, pero los mil goles de Pelé fueron todos obras de arte que no podían ser igualados ni en número ni en calidad por ningún otro jugador coetáneo e, incluso, hoy en día es una cantidad pasmosa de conversiones a favor del “rey”. A pesar de que casi se le sirvió en bandeja de plata dado que se trató de un penal, el 19 de noviembre de 1969, la afición en el Maracaná estaba prácticamente en trance religioso cuando coreaban “O rei” (“El rey”) en su honor, lo que lo llevó a alcanzar la marca de 1000 tantos, inalcanzable para simples mortales.
Por el lado amable, el hecho de que se tratara de un penal hizo que el mundo entero viera en vivo y en directo cómo se elevaba aún más un hombre que ya entonces parecía inalcanzable, pues, según dijo Pelé en su momento, quizá Dios quería que todo el mundo posara sus ojos en la escena que marcaría un antes y un después en la historia no solo del joven astro, sino también del deporte.
Arreglando las cuentas pendientes y “el gol que no llegó”
A pesar de que la justa entre Brasil y Uruguay, en México 1970, representaba un arreglo de cuentas entre ambas Selecciones luego de que los uruguayos derrotaron a los brasileños 2-1 en el Maracaná a pesar de ser anfitriones, en lo que llegaría a conocerse como “El maracanazo”, el partido no es tan recordado por lo que sucedió (la redención de Brasil con una victoria 3-1), sino por lo que pudo haber sucedido.
En lo que después sería conocido como “El gol que no ocurrió” pero que “debió ser”, Pelé demostró su singular maestría al dejar fuera de combate al arquero uruguayo Ladislao Mazurkiewicz con una fluida finta, para luego hacer un soberbio remate cruzado… que falló por prácticamente nada. Esa jugada fue tan sorprendente y significativa que quedó en la memoria colectiva de la afición porque tal demostración de habilidad debió haber “recibido justicia” siendo gol. Sin embargo, quedará por siempre como algo que no se logró.
Creí que el balón había logrado pasar dentro del poste… eso estuvo cerca. La finta fue espontánea, no puedes planearla, solo sucede, y aún así no comprendo cómo es que fallé el tiro; al momento de darle la vuela al guardameta me dije a mí mismo ‘meteré el balón’. Supongo que me apresuré demasiado.
– Pelé
Ganarle a Pelé fue más importante que ganar la Copa del Mundo en 1966
A pesar de su maravillosa actuación en la Copa del Mundo en la que fueron anfitriones en 1966, la Selección británica y su espectacular portero Gordon Banks han recibido más crédito al pasar de los años por una milagrosa atajada que el guardametas logró realizar frente a la embestida relámpago de Pelé que por haber logrado obtener su primer título de campeones del mundo.
Aunque fueron derrotados por el conjunto brasileño 1-0 durante su participación en México 70, la forma en que Banks leyó la situación y logró salvar su arco de un remate certero de parte del “rey Pelé”, empleando lo que solo puede ser descrito como reflejos sobrehumanos, le ha valido ser recordado como uno de los más fabulosos guardametas de la historia. Triunfar frente a Pelé es triunfar frente al mejor de todos los tiempos a pesar de que se haya tratado de una victoria pírrica.
Descalabrando a Italia y martillando el cuarto clavo en su ataúd
Sin duda, México forma parte de la historia de Pelé, pues en el Mundial México 70 fue el centro de la acción y el indiscutible director de orquesta durante los partidos de la Selección brasileña, frente a la que no parecía haber rival demasiado grande ni portería inalcanzable, no mientras los pies (y la cabeza) del “rey” estuvieran en juego. Además, durante esta Copa, ocurrió “el mejor cabezazo de la historia”.
Con una asistencia sublime de Roberto Rivelino, realizada luego de haber recibido un saque de banda por parte de Eduardo “Tostão” Gonçalves de Andrade, Pelé asestó un golpe mortal a la meta de Italia, protegida por Enrico Albertosi, quien fue víctima de un certero remate de cabeza ejecutado por “El rey” y que terminó penetrando sus defensas a través de la esquina inferior de la portería. Más adelante en el partido, Pelé daría asistencia a Carlos Alberto para marcar el cuarto gol de partido, que decidiría el destino de la Selección italiana.