Esta es una historia real de cómo ahora es posible formar una pareja con alguien con quien jamás hubieras imaginado por las distancias geográficas y demás. Y es que a través de Instagram bastaron un par de fotos y algunos comentarios para que dos personas decidieran que estaban hechas la una para la otra y unieran sus vidas.
Un usuario de Imgur, de 22 años, que en ese momento se encontraba como misionero en zonas marginales de Kenia, un buen día, mientras navegaba en internet, encontró a su pareja, a su mujer… aunque en ese momento todavía ninguno de los dos lo sabía.
Siguiendo algunos hashtags que estaban en tendencia en ese momento, descubrió a una chica de 20 años que es pastor de una iglesia, la curiosidad lo intrigó y empezó a revisar su cuenta de Instagram… lo que vio, lo enamoró de inmediato.
Era un poco extraño y hasta arriesgado, porque pudiera parecer una especie de maniático o acosador; sin embargo, tenía que correr el riesgo:
“Fue una estrategia audaz para tener su atención, y funcionó”, dijo el joven de 22 años al contar su historia. Así que por medio de las fotos que él enviaba de su trabajo como misionero, se empezaron a relacionar más, pues a ella le gustaba sobre todo por su trabajo con los niños africanos, y porque compartían las mismas creencias.
Pero las cosas no fueron tan fáciles como parece:
“Ella tenía novio en ese momento, y cuando las cosas comenzaron a ser más románticas, le dije que teníamos que parar porque no quería faltar al respeto a su relación.
“En lugar de dejar la relación, ella terminó con su novio y así pudimos seguir hablando durante meses. Sentí que sabía todo sobre ella, excepto cómo se sentía tenerla.”
Durante 4 meses charlaron por Skype todos los días, hasta que este enamorado decidió que era tiempo de hacer una jugada maestra.
Sin pensarlo demasiado, para celebrar el día en que se “conocieron”, este romántico puso 200 rosas y 100 velas en una habitación, y le pidió matrimonio… por supuesto que la chica dijo que sí; le pidió permiso a su mamá y se fue con su pareja a continuar con su trabajo en África.
Claro, antes de partir a su viaje, el misionero llegó al pueblo natal de su chica y se casaron, para luego emprender su aventura:
“Viajamos por todo el mundo tratando de tener el máximo de aventuras que podamos. Hacer historias para contar y recordar juntos”.
Finalmente, y uego de andar un tiempo recorriendo el mundo, decidieron asentarse para tener un hijo, pero lamentablemente lo perdieron en el primer embarazo; mas luego de intentarlo de nuevo, nació su primera hija.
Sin embargo no todo era felicidad, pues familiares y amigos no le apostaban mucho a la relación:
“Había tanta gente que nos dijo que íbamos a divorciarnos en los primeros 2 años. Algunos eran familiares y otros amigos. Fue un escándalo que incluso hizo que ella perdiera su trabajo en la iglesia”.
“Dijeron que no íbamos a ser capaces de hacerlo y nos convertiríamos en otra estadística. Dijeron que nuestra historia era una mala influencia para la juventud.”
Sin embargo, parece que los pronósticos de los demás, fallaron:
“El matrimonio ha sido lo mejor que nos ha pasado. Ha sido una aventura increíble y literalmente intentamos cada día mostrar nuestro amor el uno al otro.
“Casarse joven no es para todos, pero no dejes que nadie defina tu historia de amor perfecta. Cada día estamos pensando constantemente en cómo podemos hacer que nuestra historia sea cada vez más impresionante. Intentamos y a veces fallamos, pero muchas veces lo logramos. Intentar estar juntos es lo que nos ha mantenido vivos.
“Esperamos que te animes a correr riesgos. Fallar para triunfar. Para recordar todas sus experiencias. Para elegir amar y luchar el uno por el otro cada día.”
Parece que todo les salió bien a estos jóvenes, quienes siguen recorriendo cada camino que se presenta juntos, de la mano.
Tal vez pudieras intentarlo…