El amor de un padre lo puede todo y este hombre hizo lo que fue necesario para ayudar a su hijo que tenía un defecto de nacimiento; aprendió a construir prótesis para su mano.
Callum Miller ya tenía dos hijas y estaba muy emocionado con la llegada de su próximo bebé varón, Jamie. Pero desafortunadamente las cosas no salieron como esperaba y su pequeño nació sin la mano izquierda. La familia comenzó entonces a buscar opciones para ayudar al nuevo integrante del clan.
En primer lugar fueron a un centro que se especializa en imprimir prótesis en 3D, pero se llevaron una decepción. Además de que el precio no estaba al alcance de su economía, tendrían que esperar más de 18 meses para que su caso fuera considerado.
Con una familia que atender y un horario laboral de 60 horas a la semana, conseguir dinero con otro empleo no le parecía viable a Callum. Pero en lugar de rendirse, decidió seguir adelante y buscar otras opciones. Si un centro especializado no le daría una prótesis a su hijo, él le fabricaría una.
Reunió el dinero suficiente para comprar una impresora 3D en eBay y aprendió a utilizarla. Después de algunas pruebas, este padre de familia consiguió hacer un primer prototipo de mano para Jamie. Con ese aparato por fin podía levantar objetos al doblar su codo.
Poco a poco los diseños de las prótesis se fueron haciendo más elaborados y útiles. Fue hasta los 10 años de Jamie cuando pudo jugar a atrapar la pelota por primera vez con su padre, todo gracias a su nuevo brazo.
Después de que dominaron la mecánica más difícil de sus prótesis, llegó el momento de experimentar con electricidad. Usando sensores conectados a sus músculos, Callum también pudo fabricar esta mano biónica, aunque todavía está en proceso de desarrollo y perfeccionamiento.
Ahora Jamie tiene una colección de diferentes prótesis que usa para muchas actividades. Tiene su brazo exclusivo para videojuegos, otro para comer y hasta uno con luces. Pero Callum también se ha convertido en un maestro improvisado de ingeniería y ayuda a su hijo para que pueda valerse por sí mismo en el futuro:
Todo lo que aprendo se lo enseño a Jamie, para que a los 11 años él pueda hacer sus diseños, tranferirlos a la impresora y fabricar sus propios brazos. Ahora también puede reparar sus prótesis. Él es mi motor.
Callum empezó depsués a crear prótesis para otros niños y las da a un precio accesible: solamente pide a cambio dos barras de chocolate. No lo hace por dinero, sino por la satisfacción de ayudar a quienes tienen la misma discapacidad que su hijo.
El refrán dice: dale a tu hijo un pez y comerá un día, pero enséñalo a pescar y comerá por el resto de su vida; pero en este caso en lugar de enseñarle a pescar, Callum le enseña a Jamie a construir sus propias prótesis de brazos para que pueda seguir adelante y nada lo detenga. Es uno de los nominados al Premio del Padre del Año y se merece todo nuestro respeto.