¿Quién soñó con tener los superpoderes de algún héroe durante su niñez? Todos hemos tenido la inquietud de sentirnos como nuestros ídolos y no es raro que de pequeños los imitáramos y quisiéramos ser como ellos. De igual manera, los negocios suelen usar personajes famosos para atraer al público que comparte esa pasión. Pero a veces esto no les hace gracia a los dueños de las propiedades intelectuales.
El chileno Gonzalo Montenegro, de 41 años, tiene su panadería Superpan desde hace 28 años y cuando DC, “los dueños de Superman”, se enteraron, lo quisieron derribar con una demanda, pero el empresario local les plantó cara y terminó derrotando a la empresa estadounidense en las cortes, demostrando que ser “Super” es más sobre defender lo justo y combatir al mal (como la codicia) que sobre tener “superpoderes”.
Orígenes (no tan) secretos
La panadería Superpan nace del emprendimiento de Gonzalo Montenegro hace 28 años. El hombre empezó en el negocio del pan desde los 10 años, cuando empezó a vender el pan hecho por su mamá. Hasta aquí todo es normal, pero la forma en que el chico se promocionaba (al principio, sin saberlo) es lo que lo volvió popular y marcó su destino.
Resulta que cuando el pequeño emprendedor salía a vender su deliciosa mercancía, lo hacía con dos playeras distintas: una verde, por la que era conocido como “Peter Pan”, y otra con el símbolo del Hombre de Acero. Ambas lo volvieron conocido en su comunidad y en honor al “héroe de la gran S” decidió bautizar más tarde a su negocio como “Superpan”, para celebrar sus humildes orígenes y para que su clientela y vecinos recordaran aquellos tiempos en que comenzaba.
Los villanos aparecen
Montenegro recuerda que el problema dio inicio durante lo más duro de la pandemia, cuando permitió que gente necesitada de ingresos vendiera pan usando su nombre, “Superpan”. Ahí, DC se enteró de la existencia de la panadería, que, dicho sea de paso, es un negocio pequeño en el barrio Quinta Normal de Santiago de Chile, no una cadena de panaderías ni un enorme negocio que estuviera acaparando la atención del público: la panadería ha servido por décadas a su vecindario.
Ya localizados sus blancos, DC impugnó en el tribunal el uso del nombre Superpan, que es “prácticamente lo mismo” que Supeman, lo que, según los estadounidenses, podría implicar confusión entre las marcas. Más tarde, Agrosuper se uniría a la demanda, aduciendo que sus marcas “superpollo” , “supercerdo” y otras también se veían afectadas por el “plagio que Montenegro cometía” al nombrar Superpan a su negocio. Es en serio, eso decían.
Tras dos años de batalla…
La lucha legal en las cortes se alargó durante casi tres años desde que DC presentó la demanda ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI). La extensión de la querella legal ocurrió debido, en gran medida, a la pandemia. Sin embargo, tener a un gigante demandándolo resultó un viacrucis para Montenegro y su negocio hasta el fallo del instituto este pasado 9 de septiembre.
A pesar de esto, el INAPI fue contundente en su decisión respecto a que no existía ningún conflicto en el nombre adoptado por la panadería:
No existe riesgo de que exista confusión entre los consumidores respecto al giro del negocio y las marcas de DC o de Agrosuper, por lo que quedamos tranquilos de que el negocio puede volver a funcionar con su mismo nombre y logo.
-Defensa de de Gonzalo, liderada por Hans VonMarttens
Yo soy Superpan
Luego de la victoria legal, el negocio al fin pudo volver a servir al 100 por ciento a su comunidad.
Nuestro lugar es social, el pan que sobra lo regalamos; DC creyó que demandaba a una corporación, a una marca, pero se encontraron conmigo, un tipo humilde a quien iban a despojar de todo por el apodo que adoptó, por admiración a Superman, cuando era un niño.
Aunque a DC le quedan instancias para apelar la decisión en su contra, la representación legal de Superpan cree que es muy improbable que lo hagan debido a su completa derrota en las cortes.