Muchos criticaban a Donald Trump por el uso que hacía de sus redes sociales, sobre todo de Twitter, cuando era el presidente de los Estados Unidos, pero tal parece que otros mandatarios le están entrando a este juego y hacen publicaciones que sirven para divertir a algunos y enfurecer todavía más a sus detractores.
Desde hace un tiempo, varios sectores de la población en El Salvador han acusado al actual gobierno de ser autoritario y catalogan al presidente Nayib Bukele como un “dictador”. Así que el presidente decidió “responder” a estos señalamientos cambiando su información en Twitter y ahora en su descripción se lee: “Dictador de El Salvador”.
En días pasados, miles de salvadoreños realizaron marchas y protestas en las calles de la capital del país para exigir que no haya militarización en el país, que no se le permita al actual presidente reelegirse, porque ya lo consideran un dictador, e incluso manifestaron su oposición al uso de bitcoins en El Salvador. La respuesta del mandatario fue que los manifestantes “fueron a luchar contra una dictadura que no existe”.
El presidente inició su gobierno en junio de 2019, pero ya es considerado un dictador por algunos, pues aseguran que pretende reelegirse de forma indefinida, utilizando el poder militar y sus armas, así como otras políticas que no han sido para nada populares, como el uso de bitcoins como divisa de curso legal, lo que obliga a empresas y comercios a aceptar el pago con la criptomoneda.
La respuesta del presidente al cambiar su descripción no cayó nada bien entre sus críticos, pues lo consideran una burla a sus protestas y una muestra de que pretende instalar un poder absoluto. Hasta el momento, la oficina de la presidencia no ha emitido ningún comunicado en el que informe sobre un hackeo a su cuenta. Además, ha seguido publicando.
La situación es complicada, pues tan solo en las protestas registradas el pasado 15 de septiembre se estima que participaron entre cinco y ocho mil salvadoreños. El presidente de El Salvador deberá encontrar una mejor forma de dar respuesta a los reclamos de los ciudadanos, más allá de cambiar su descripción en Twitter.