El pasado 18 de diciembre, Elon Musk, ahora el segundo hombre más rico del mundo después de una serie de mermas a su fortuna que lo han dejado por debajo del magnate francés Bernard Arnault, inició una encuesta en la que preguntaba si debería dejar el puesto de director ejecutivo (CEO) de la plataforma de redes sociales Twitter, que compró por alrededor de 44 mil millones de dólares y que hasta ahora dirige. Luego de decir que se guiaría por los resultados de la encuesta y 17 millones 102 mil 391 votos después, “quedó despedido” según los 57.5 por ciento de votos que así lo perdían.
Luego de un breve periodo de silencio, Musk ha “confirmado” que dejara el puesto… pero solo después de haber encontrado a alguien “lo bastante tonto” como para aceptar el trabajo en su lugar. La gente ya está hablando en torno a su comentario y entre ellos no hay pocos que dicen ser “lo bastante tontos” como para aceptar el puesto.
Ni modo, la gente (y dizque los bots) han hablado
Aunque el resultado de la encuesta propuesta por Musk fue muy claro en cuanto a lo que los usuarios de la plataforma opinaban sobre Musk, sus decisiones respecto a la plataforma y sus planes a futuro para esta, al principio, hubo algo de resistencia a los millones de votos que pedían su renuncia, pues se sospecha que una gran cantidad de los votos emitidos fueron en realidad obra de bots o cuentas automatizadas que no representan a personas individuales reales y ese hecho le restaba valor a la encuesta.
Los resultados obtenidos aparentemente no eran los que Musk esperaba porque llegó a comentar que “a futuro solo las cuentas con una verificación azul serán capaces de votar en cuestiones de cambios de políticas”, pero luego de este breve berrinche, el actual director ejecutivo y dueño de Twitter confirmó que sí dejaría la dirección de la empresa… en cuanto encontrara a alguien “lo bastante tonto” como para reemplazarlo.
Me iré… algún día…
Aunque Musk abandone el puesto de CEO, seguirá teniendo la propiedad de la compañía y, por lo tanto, influencia sobre las grandes decisiones de esta. Además, en el caso de que, efectivamente, se retire del puesto, planea quedar a cargo, como él mismo ha dicho, de los equipos de software y servidores de la plataforma digital, lo que significa que no está listo para dejar completamente su intervención directa en lo referente al desarrollo de Twitter. Por otro lado, eso de “encontrar a alguien lo bastante tonto para el puesto” también habla de que haber perdido en su encuesta de opinión quizá no estaba en sus planes.
El hecho de que Musk no tuviera un reemplazo preparado en caso de perder su encuesta ha sido señalado por algunos usuarios de Twitter como falta de preparación y exceso de una confianza (injustificada) en que lograría ganar el cuestionario, pero, a final de cuentas, según parece, no es algo que lamente realmente, pues ha aceptado seguir la voz de la gente, aunque a su propio ritmo, diciendo que sí renunciará… cuando un reemplazo que él considere adecuado aparezca.
Todo era parte del plan
Hay quienes han dicho que la encuesta propuesta por Musk el 18 de diciembre fue improvisada y no científica. Además, algunos afirman que el resultado fue objeto de manipulación por parte de cuentas automatizadas y que, por lo tanto, no representan la opinión real de la comunidad de Twitter. Pero aun así, las críticas sobre el modo en que Musk ha dirigido Twitter durante los últimos meses, con los grandes recortes de personal y cambio de políticas, así como la “censura” de sus detractores y periodistas, han sido numerosas y vehementes. Incluso quienes están del lado de Musk le han pedido que renuncie como CEO de Twitter para que le dedique el tiempo que se merecen sus otras compañías, en particular Tesla.
En noviembre, mientras defendía los beneficios que le había reportado su posición como CEO en Tesla, Musk dijo que su posición al frente de Twitter no sería permanente y que la reestructuración fundamental de Twitter ya estaba avanzando. Además, testificó que espera reducir su tiempo en la red social y eventualmente encontrar a alguien más que se encargue de la empresa. Así, aunque hizo parecer que la gente decidía si se quedaba o no, Elon Musk ya había declarado públicamente que sus intenciones incluían retirarse como director ejecutivo de Twitter. Felicidades a los tuiteros, que ya “lograron ganarle” al dueño de Twitter.