El fisicoculturista Valdir Segato, conocido como el “Hulk brasileño”, murió el martes 26 de julio, en su cumpleaños, a los 55 años debido a complicaciones derivadas del uso de Synthol, sustancia que se inyectaba para poder conseguir bíceps de casi 60 centímetros. A pesar de que fue trasladado al hospital, los médicos no pudieron hacer nada. Sus días de presumir su enorme musculatura terminaron con un paro cardíaco.
Valdir Segato vivía en Ribeirão Preto, São Paulo, Brasil, y desde hace varios años se planteó una meta: parecerse a Arnold Schwarzenegger, uno de sus ídolos de la infancia. Dedicado a la construcción, Valdir se esforzó por alcanzar unos músculos similares al seis veces Mister Olympia, pero el entrenamiento no fue suficiente, por lo que comenzó a inyectarse esteroides anabólicos para acelerar el proceso.
Para las personas que lo veían en la calle era todo un espectáculo observar sus grandes músculos y, según contó para algunos medios, los curiosos aprovechan para tomarse fotos con él y pedirle que se quitara la camisa. Sin embargo, no estuvo exento de críticas, burlas y discriminación. Pero él se mantuvo firme, pues sus músculos fueron una decisión personal y a él así le gustaban.
Gente que me ama y algunos que me odian, pero no puedo complacer a todos, así que tomo todo en cuenta y trato de no preocuparme por las opiniones de otras personas.
—Valdir Segato
El Synthol funcionó para agrandar sus músculos rápidamente, pero su cuerpo estaba sometido a grandes afectaciones. En 2019, según narra The Mirror, Valdir tenía 49 años cuando los médicos le advirtieron que podría ser necesaria una amputación si se había producido un daño irreparable en los nervios. Sin embargo, el “Hulk brasileño” continuó con las inyecciones para conservar su forma, ya que al dejarlas, “se desinflaría”.
De acuerdo con el doctor César Kálazich, especialista en medicina deportiva de la Clínica MEDS, en Chile, “el Synthol es una mezcla de aceite, lidocaína y alcohol bencilo. Este actúa como un implante, causando un aumento inmediato”. El médico apuntó que el uso de esta sustancia puede causar fibrosis muscular, la encapsulación del aceite en el músculo, provocando un daño irreversible, así como infecciones y absceso en el punto de punción.
Si bien no se ha descrito con Synthol, existe un riesgo de embolias grasas en los pulmones o cerebro (transporte de una gran cantidad de aceite a través de un vaso sanguíneo venoso o arterial, respectivamente), lo que puede llevar a severo compromiso pulmonar o cerebral, incluso la muerte.
—Doctor César Kálazich para BBC
Una muerte inminente
El día de su cumpleaños 55, Valdir comenzó a sentirse mal. Según relata Moisés da Conceição da Silva, vecino del fisicoculturista, para Globo News, el “Hulk brasileño” tocó en su casa a las 6:00 a.m., pidiendo auxilio, pues se estaba muriendo. La familia reaccionó rápido para llevarlo al hospital a que recibiera atenciones. Sin embargo, después de entregarlo al personal médico, poco se pudo hacer.
Eran como las 6:00 a.m., más o menos. Él vino gateando por la casa de atrás y llegó al frente. Luego tocó la ventana de mi mamá, tocó, tocó, luego ella se despertó y me dijo ‘Ayúdame, ayúdame porque yo me muero’.
La Secretaría Municipal de Salud confirmó que fue atendido en la Unidad de Atención de Emergencias (UPA, por sus siglas en portugués) Norte. Mientras lo trasladaban, el hombre presentó dificultad para respirar, sibilancias y dificultad para hablar. Sin embargo, la muerte se dio dentro del hospital, concluyendo su vida con un paro cardíaco.
No era la primera vez que le pasaba esto. Hacía tan solo cuatro meses había presentado complicaciones que también lo llevaron al hospital. Si no hubiera sido por sus vecinos, quienes lo llevaron en coche al hospital, no hubiera sobrevivido. Pero ni estar cerca de la muerte ni las advertencias médicas bastaron para alejarlo de las sustancias. Uno de sus propósitos era superar a Moustafa “Big Mo” Ismail, de Egipto, con bíceps de 78 centímetros.
Lo del petróleo es una estupidez. Él piensa que es bueno y soy un amigo, así que me quedo callado, pero en el fondo quiero decirle que se detenga, pero él no quiere. Él es feliz así. Es el riesgo que toma: quiere verse bien y quiere ser famoso.
—Fernando Carvalho da Silva, amigo de Valdir
Una vida difícil
Sus vecinos de hace 15 años no pudieron evitar estremecerse con la noticia de su muerte, pues lo consideraban alguien aislado, una “buena persona, no le hacía daño a nadie”. Además, dijeron que el único daño que hacía era a su propio cuerpo con el aceite que se inyectaba. En 2016, Valdir fue entrevistado por el Daily Mail, a quien les confesó la tortuosa vida que llevó.
Valdir Segato fue un niño delgado, pero al crecer, comenzó a involucrarse con las drogas. Además, no comía, lo que le provocó una baja de peso y encausó su vida por un camino “equivocado”. Estuvo tan delgado que los llamaron “perro flaco”. Cuando pudo dejar las drogas, se unió a un gimnasio, pero ni con rutinas extremas podía lograr los resultados que esperaba, por lo que alguien en el gimnasio le ofreció Synthol y al tener una personalidad adictiva, se enganchó a la sustancia.
Los médicos me dicen que lo deje, el consejo que me dan es que deje de usar. Pero es mi decisión usarlo porque quiero, porque me gusta. Llamo la atención, pero la gente parece tener miedo de acercarse a mí, creo que ese es el problema.
Valdir fue obrero, se dedicaba a la construcción, pero él estaba comprometido con mejorar su cuerpo. Con una administración a Schwarzenegger, el brasileño deseaba poder hacer carrera con su cuerpo. Sin embargo, había situaciones más profundas con las que se encaraba:
El culturismo era una forma de olvidar los problemas que enfrentaba la vida.