Muchos hombres no hacen nada por mejorar su estilo porque se aferran a mitos que usan como excusa para seguir vistiendo mal, y eso es lamentable porque muchas veces es simplemente un consejo que se salió de contexto y que eventualmente se convirtió en una regla de moda.
Hoy venimos a desacreditar 6 de los mitos más comunes que algunos de ustedes han tomado como la verdad absoluta y se han convertido en la excusa perfecta para seguir usando jeans viejos y que no son de su talla, o sudaderas con capucha.
1. Debes estar al tanto de las últimas tendencias
No, caballeros, las tendencias son establecidas por una empresa de marketing que cataloga a cierta vestimenta como “el look de la temporada” porque los fabricantes de ropa quieren que la compres. Recuerda que la ropa de moda está diseñada para volverse rápidamente obsoleta y raramente se construye para durar ya que supone que el usuario la remplazará dentro de un año o dos. No solo es un mal negocio para ti, sino que contribuyes a un desperdicio innecesario.
Varón, compra ropa resistente y de alta calidad, hay muchas prendas que son clásicas y duraderas, no necesitas estar al último grito de la moda que, a decir verdad, no a muchos nos halaga.
2. Necesitas tener el cuerpo perfecto para lucir bien
¿Qué es perfecto? En serio, tal vez tener músculos por todos lados funcione para unos, pero no a todos nos gusta lucir así. De hecho, atletas y culturistas tienen más dificultad para encontrar ropa a su medida, ya que la mayoría de la ropa que venden en almacenes no se adaptan a sus proporciones.
O sea, sí, debes cuidar tu salud, obviamente, pero no creemos que debas tener todos los cuadros del mundo para vestir bien, la clave radica en saber qué tipo de ropa se adapta a tu cuerpo; los hombres delgados pueden querer verse más voluminosos, los hombres anchos tal vez quieran esconder los kilitos de más, y ¿qué creen? Hay ropa para todos ustedes.
Un tip de nuestra parte es el buscar una buena chaqueta o saco, estas prendas adelgazan la figura y hacen que los hombros se vean más anchos,(<;) todos ganamos con un buen saco. Vístete bien y mantente saludable, pero no te preocupes por las apariencias.
3. Las personas son lo suficientemente inteligentes para juzgar tu carácter y no tu apariencia
En un mundo perfecto las personas juzgarían a los demás por sus méritos y no por su apariencia, pero no es así en la mayoría de las situaciones. El ser humano es muy visual, y nuestros cerebros toman muchas decisiones rápidas en función a lo que nos parece atractivo o amenazante. Con esto en mente, toma en cuenta que nuestra apariencia siempre está enviando mensajes a otras personas.
Los looks desaliñados pueden ser atrayentes para algunas personas, pero si te vas a desenvolver en un ambiente de negocios ese estilo “despreocupado” te cerrará muchas puertas, pues están dando a entender que no están interesados en su estilo de vida.
Vestir bien es importante porque lamentablemente no todas las personas a tu alrededor se fijan en tus logros. No tienes que creer que una mejor apariencia te hace mejor persona, pero debes ser consciente de la influencia que esta tiene ante los demás.
4. Vestirse bien lleva mucho tiempo
No, de hecho cada vez es más sencillo vestirte cuando mejoras tu guardarropa. Si compras ropa que te queda y se ve bien, batallarás cada vez menos en encontrar el atuendo adecuado para cada ocasión. Eventualmente sabrás qué va con qué y no pasarás horas arreglándote para salir.
Un hombre que piensa en cómo viste también tiende a construir un vestuario más intercambiable. Si te interesa, con el tiempo podrás acumular una colección de camisas, pantalones y accesorios que funcionen juntos.
5. La ropa está lista para usar tan pronto la compres
O sea, sí, se supone que la ropa la compras para usar en cuanto la quitas del estante y la compras, pero hay prendas que necesitan arreglarse para estar a tu medida y que se vean bien. Por ejemplo, si eres de baja estatura y los pantalones por lo general te quedan largos, no los uses así, varón, los vas a gastar rápidamente y los dobleces no se ven bien a menos que estén hechos a propósito.
Lo mejor es llevar a arreglar las prendas con un sastre, casi siempre las camisas y sacos necesitan ajuste en las mangas, los pantalones requieren bastilla y ajuste en la cintura. La ropa no siempre está lista para ser usada, si quieres verte impecable lo mejor es llevarla a arreglar.
6. Los tamaños de las prendas son consistentes
Este es un error de novato. Cualquier persona con un poco de experiencia sabe que un pantalón talla 32 varía de una marca a otra. Esto debe en gran media a que las tallas son básicas pero no pueden ajustar perfectamente en todos. Tomen como ejemplo los pantalones, casi siempre se miden con el tamaño de la cintura seguido de la longitud de la entrepierna, a veces acompañado de una palabra como “largo” o “regular” dependiendo de nuestra altura.
Lo que eso describe es qué tan largos son los pantalones y cómo se ajustan alrededor de su vientre. Lo que no describe es qué tan cerca está el punto de unión de la entrepierna con la pretina, qué tan anchas son las aberturas de las piernas y una docena de otras cosas a considerar que marcan la diferencia. ¿Qué significa esto en términos prácticos? Principalmente, significa que si encuentras una marca que realmente te queda, debes atesorarla y comprar mucho.