Si te quejas porque tu papá no te ha comprado un deportivo último modelo y tienes que ir a la universidad en un modelo 2017, ponte a pensar que existen millones de personas que no tienen las mínimas oportunidades y aún así logran culminar satisfactoriamente sus estudios.
Arnaldo y Santiago Seguí, quienes viven en Entre Ríos, una región argentina bordeada por los ríos Paraná y Uruguay, son un ejemplo de que a pesar de vivir en circunstancias complicadas siempre es posible alcanzar los sueños.
Al residir en una zona rural, con su padre y madre dedicados a vender leña, los dos jóvenes tenían empleos temporales en distintas áreas, lo que en Argentina se conoce como “hacer changuitas”, para poder solventar sus estudios.
Además, Entre Ríos está alejado de los centros urbanos donde se instalan las escuelas, así que desde que estaban en la primaria tuvieron que esforzarse para no faltar a clases, ya fuera caminando o montados a caballo.
Siempre con el objetivo de graduarse para poder acceder a mejores opciones profesionales y económicas, durante años soportaron las carencias y dieron su mejor esfuerzo, que hoy se ve recompensado con su título universitario.
Santiago, o Santi para los amigos, ahora es profesor en biología, y Arnaldo, a quien de cariño llaman Naldo, ya es profesor en educación física, con lo que no solo se convirtieron en un orgullo para sus padres sino para toda la comunidad, así que los vecinos se unieron al festejo.
Fabiana García, docente en el Instituto de Educación Superior de Santa Elena, donde realizaron sus estudios, fue quien dio a conocer esta historia a través de redes sociales, para ponerlos como ejemplo de tenacidad.
La historia ha emocionado a todo mundo y se sumaron al reconocimiento de los, ahora, profesores, augurándoles todo el éxito si continúan con ese esfuerzo por llegar a donde quieren.
Algo más que se destaca de estos jóvenes es que no se quejaron de la situación en que han vivido, sino que se esforzaron por superarla y, además, son agradecidos con lo que sus padres les pudieron dar en todo este tiempo, al señalar que todo se lo deben a su madre, por sus cuidados y aliento para que siguieran estudiando.
Esto nos deja ver que además son unas grandes personas, y aunado a su preparación, estamos seguros de que serán unos profesionales excelentes.
El festejo estuvo lleno de emoción y mucha alegría. Su padre, un hombre de campo, sacó su camisa de fiesta, la que solo se usa en ocasiones especiales, para abrazar a sus hijos y mostrarles lo orgulloso que está de ellos, así como su madre.
Historias como las de los hermanos Seguí se presentan en esos lugares apartados, donde parece que no hay ninguna oportunidad a menos que se tenga la convicción y fortaleza para encontrarlas y tomarlas, así que deja de estar molestando a tus padres para que te den un auto nuevo y concéntrate en estudiar.