Ese momento en que te mueres de hambre y entras a una tienda a comprar una sopa instantánea, que es fácil de preparar, te calma la necesidad de comer y además es barata… bueno, tal vez no tanto como para que puedas comprarla…
Este triste caso sucedió en México, cuando un joven le dio 7 pesos a su amigo para que le comprara una de estas mágicas sopas, pero el precio era de 7 pesos con 30 centavos. Lamentablemente, su amigo solo tenía los 7 pesos…
El estómago exigiendo comida y a quien mandaste, sin los 30 centavos, o sin querer pagarlos… ¿qué hacer?
¡Claro! ¡Pedirle su ayuda! Ellos siempre están contigo, y más, si se trata de una necesidad tan apremiante como el alimentarte… ¿o no?
El amigo se resistía a ayudarle, a pesar de la promesa del hambriento de pagarle los 30 centavos…
Es más, le prometió pagarle no solo 30, sino 50 centavos… así que el buen amigo que estaba en la tienda le dijo que le hiciera una transferencia bancaria… y sí, le depositó los 30 centavos que le faltaban…
Así, pudo comprar su sopita y sobrevivir un día más…