Además de las complicaciones de salud y económicas, la pandemia por covid-19 ha traído un grave problema: Separarse de las personas que uno ama. Ahora imagina la desesperación que deben sentir aquellos que han compartido 68 años con alguien. Afortunadamente siempre hay una forma de volver a encontrarse, aunque sea a través de la ventana de un hospital, como lo hace Xavier Antó, un español de 90 años.
Xavier conoció a Carmen Panzano en 1953 y dos años después, decidieron casarse. Además, son de esas parejas que realmente se unieron “hasta que la muerte los separe”, porque en 68 años de relación de pareja jamás se habían separado, hasta que llegó la pandemia. Carmen, de 92 años, vive en un asilo porque padece Alzheimer, pero desde marzo del 2020, debido a la pandemia, le prohibieron las visitas a su marido.
En España continúan las restricciones en asilos y hospitales, sobre todo con adultos mayores por tratarse del sector de mayor riesgo, y aunque Carmen y Xavier ya están vacunados, todavía no les permiten estar cerca. Sin embargo, eso no los detiene, pues han decidido que pueden verse a través de una ventana del asilo, a donde el enamorado acude a visitar al amor de su vida y compartir unos momentos.
Al inicio de la pandemia, el personal del hospital les ayudaba a tener una videoconferencia dos o tres veces por semana. Después colocaron una mampara para que pudieran verse un día a la semana por 30 minutos. Sin embargo, Xavier dice que lo mejor ha sido la ventana porque puede ir el día y a la hora que quiera, así que es mucho más fácil estar juntos.
A través del cristal, este hombre le puede mandar besos y hacer como si se tomaran de la mano, lo que es un gesto muy romántico y nos demuestra lo bello del amor cuando se comparte en pareja durante más de medio siglo. Además, nos enseña que a pesar de lo complicado de la situación, siempre hay una manera de demostrarle a los demás cuánto los queremos.
La pareja se ve hasta cuatro veces a la semana y Xavier aprovecha para mostrarle fotos de sus nietos en su celular, así como para decirle que la extraña. Por supuesto que el contacto físico es importante, pero por lo pronto, habrá que esperar más para hacerlo. Mientras tanto, este enamorado abuelito asegura que seguirá acudiendo a la ventana “hasta que el cuerpo aguante”. Esperamos que sea por mucho tiempo más.