Algunos varones están destinados a tener barbas de vikingo, pero a otros la vida les regaló la maldición de tener caras lampiñas de bebé o barbas de tres pelos y es natural que ellos se pregunten por qué.
Una de las características asociadas a la masculinidad es tener una prominente barba con bigote, pero este don no fue obsequiado a todos los varones y de seguro conoces al clásico beta que tiene problemas para que su barba crezca gruesa, firme y regular.
No es un castigo de los dioses, aunque así lo sientan estos desafortunados hombres. Todo puede reducirse a una cuestión genética heredada, así que no se culpen a ustedes sino a sus progenitores.
Si tu padre o abuelo son de esos señores que pasan de los 50 años y aún así las navajas de afeitar les duran eternidades por la falta de uso, la mala noticia es que seguramente tú tampoco podrás tener esa barba de espartano que tanto impresiona.
La explicación química del crecimiento irregular o escaso de barba tiene que ver con las hormonas masculinas, especialmente con la dihidrotestosterona (DHT).
La DHT es un andrógeno encargado de producir vello facial y entre más elevados sean los niveles de DHT y el cuerpo sea más sensible a la testosterona, la barba crecerá más gruesa y pareja.
La cuestión es que algunas personas no son tan sensibles a la testosterona y esa es una condición genética que se hereda. Pero no todo está perdido y hay opciones para los varones lampiños.
Los expertos dicen que en general las personas creen que afeitándose con frecuencia y en dirección opuesta al crecimiento del vello, los ayudará a tener más y mejor, pero eso es un mito. Los investigadores aseguran que la clave es la paciencia.
Su recomendación es que los varones dejen que su barba crezca mucho tiempo. No importa qué tanto tiempo tome pero deben dejársela y ya después de que logren un largo considerable, entonces llegó el momento de la navaja y espuma de afeitar. Hacer esto en repetidas ocasiones los ayudará. No intenten remedios caseros.
Soluciones más drásticas es el implante de barba que realizan centros especializados o tomar medicamentos prescritos para una terapia hormonal. Y por si lo están pensando, no, el dimoxinil no es una terapia hormonal.
Pero si tu bolsillo no te permite tales gastos, los médicos recomiendan aumentar el DHT a través de ejericio, perder peso, moderar el consumo de alcohol y procurar alimentos como nueces, coco y aceite de oliva.
Y si nada de lo anterior resulta, recuerda que ya viene el tiempo de frío y podrás usar uno de estos gorros con barba tejida. No te hará ver más viril, pero ocultará tu rostro de bebé.