El Coronel Sanders dijo: “Solo he tenido dos reglas: haz todo lo que puedas y hazlo lo mejor que puedas. Es la única manera en la que lograrás grandes cosas en la vida”. Y tiene toda la razón.
Muchos nos quieren hacer creer que si no conseguimos nuestras metas a los 30 o 40 años, ya no podremos lograrlas durante la vejez. Pero se equivocan y el fundador e imagen de la cadena de restaurantes Kentucky Fried Chicken (KFC) es el ejemplo perfecto de que los sueños se pueden hacer realidad aunque seamos ancianos.
Harland David Sanders, mejor conocido como el Coronel Sanders, tuvo una infancia muy difícil y durante su vida adulta sufrió algunos altibajos. Fue hasta que tenía 74 años cuando logró el negocio de su vida.
Él nació en 1890 y a los cinco años perdió a su padre. Fue un duro golpe para su familia. Tuvo que aprender desde entonces a cocinar para conseguir dinero y hacerse cargo de sus dos hermanos menores.
A los 12 años dejó la escuela para empezar a trabajar de sol a sol en la granja Sanders, pero abandonó su hogar porque su padrastro lo maltrataba. Fue a vivir un tiempo con unos tíos y a los 15 años entró al ejército de los Estados Unidos con un certificado falso.
Terminó su servicio militar en Cuba y regresó a Alabama para iniciar una larga pero poco exitosa vida laboral. Tuvo toda clase de empleos: vendedor de seguros, marino comerciante, bombero, granjero, entre otros. Todos fueron un fracaso tras otro.
Sanders ya tenía 39 años cuando logró un trato con la empresa de hidrocarburos Shell Oil Company. Se haría cargo de una estación de gasolina en Kentucky sin pagar alquiler; solo debía dar un porcentaje de sus ventas. Pero en aquella década de los años treinta la Gran Depresión estaba afectando el bolsillo de todos en Estados Unidos.
El negocio no funcionó, así que aprovechó el lugar y comenzó a vender pollo frito con una receta de su creación. De pronto, su fama de buen cocinero se fue extendiendo hasta que en 1935 fue nombrado Coronel, un título honorífico que se le daba a los ciudadanos distinguidos en Kentucky.
Su popularidad y sus ingresos estaban creciendo, y por fin pudo abrir su propio restaurante en una carretera de la ciudad de Corbin. Aunque tenía otros platillos, su receta original de pollo hecho con 11 hierbas y especias fue lo que más llamó la atención y en 1940 la patentó. A sus 49 años, Sanders recibió la visita de un crítico gastronómico que incluyó su negocio en una lista de los mejores restaurantes.
Todo iba muy bien para el Coronel, pero el éxito conseguido se vino abajo por la construcción de una supercarretera. La nueva autopista desviaba todo el tráfico de la ciudad de Corbin y los clientes disminuyeron hasta que el negocio quebró.
Sanders no se rindió, aunque para ese entonces ya tenía 60 años. Vendió el local y adquirió otro más modesto, que pronto fue ganando popularidad por su receta secreta de pollo. A él se le ocurrió que su pollo frito podría convertirse en una franquicia y empezó buscar inversionistas de otros negocios de comida.
Si su propio restaurante no tenía tanto éxito, haría que otras cadenas vendieran su exquisita receta de pollo. El trato era que le pagaran una comisión de cinco centavos por cada pollo frito vendido.
En 1952 abrió el primer restaurante Kentucky Fried Chicken y el Coronel entonces comenzó una gira por todo Estados Unidos ofreciendo su receta. Vestido con su clásico atuendo blanco y corbatín negro, el Coronel golpeó la puerta de más de 2,000 negocios que lo rechazaron.
Finalmente, en 1964 y con 74 años de edad, Sanders logró el contrato de su vida. Unos inversionistas le ofrecieron 2 millones de dólares por su negocio y le ofrecieron un salario vitalicio de 40,000 dólares anuales para usar su imagen en la marca KFC. Con el tiempo, su salario aumentó a 200,000 dólares.
A los 80 años por fin se retiró del negocio en 1970, pero la franquicia que había creado continuó teniendo éxito en todo el mundo. La hoja original de la receta secreta, escrita a mano y con su firma, se encuentra en una caja fuerte de un local de KFC en Kentucky y solamente dos ejecutivos anónimos la conocen. Sanders murió a en 1980 a los 90 años.
Este hombre fue la muestra de que el éxito no conoce edades y que aun en la tercera edad se pueden conseguir grandes cosas. Si tus sueños todavía no se han hecho realidad, quizá los logres cuando seas un anciano, así que ten paciencia, pero sobre todo esmérate y nunca dejes de luchar.