Después de haber tenido una última aparición pública en octubre, se rumora que el general Hwang Pyong-so pudo haber sido ejecutado por orden de Kim Jong-Un.
La República Popular Democrática de Corea está viviendo una situación muy estresante bajo el mandato de Kim Jong-Un y ni siquiera los altos mandos del ejército tienen la seguridad de estar protegidos. Ahora se rumora que el general Hwang Pyong-so fue ejecutado durante una excursión al monte Paektu.
Hwang era uno de los generales del círculo más íntimo de oficiales cercanos a Kim Jong-Un y de hecho tenía el rango más alto en el ejército. Después de Kim, Hwang era el hombre más importante y poderoso de Corea del Norte, pero eso también significaba estar en mayor contacto con el Presidente, un jefe que al parecer es difícil de tratar y complacer.
Un rango tan alto requiere una gran responsabilidad y Kim comenzó a tener sospechas de que Hwang no estaba haciendo las cosas a su manera y todo terminó cuando hubo una discusión sobre una información que involucraba al General en casos de soborno. Kim expulsó a Hwang de los comités de gobierno y también despidieron a Kim Wong-Hong, representante del militar.
La última aparición del general Hwang fue en un evento gimnástico de gala que se llevó a cabo en octubre de este año. Después de eso, no se le volvió a ver en público, pero sí se supo que fue parte de la comitiva que acompañó a Kim a una excursión al monte Paektu el pasado viernes.
En Corea del Norte la desobediencia tiene severas consecuencias y ningún rango puede proteger a las personas de sufrir algún castigo.
Las ejecuciones de cualquier figura pública no son casos raros, algunos fueron impresionantes, como la de Jang Song Thaek, tío de Jong-Un acusado de corrupción en el 2013 o el de Kim Jong Nam, el medio hermano exiliado de Jong-Un que murió durante un sospechoso ataque.
Para el profesor Koh Yu-Hwan de la Universidad Dongguk, el ejército de Kim es un arma de doble filo y la desaparición del segundo hombre más poderoso de Corea del Norte es una muestra de la intimidación constante a la que se exponen los habitantes de dicha república.