La reina Isabel II y John Lennon son figuras inefables de la historia inglesa por razones distintas, pero aun así, se trata de referentes ineludibles al hablar del Reino Unido. Por eso es increíble recordar que hubo un desencuentro importante entre estos dos grandes personajes.
El 26 de octubre de 1965, John Lennon fue nombrado miembro de la Orden del Imperio Británico, junto al resto de los Beatles, en reconocimiento al gran orgullo que le reportaron a la nación. Sin embargo, en otoño de 1969, Lennon renunció “al honor que nunca pidió” para protestar contra su gobierno.
El galardón
Entre confundidos, aturdidos y eufóricos, los Beatles recibieron uno de los más grandes honores que la corona británica puede otorgar a sus súbditos: convertirse en miembros de la Orden del Imperio Británico (MBE).
Lennon dijo que fue convencido por el administrador de los Beatles, Brian Epstein, de asistir a la ceremonia, donde, por lo menos, se mostró lo más excéntrico y antisistema posible debido a que estaba “en su mejor comportamiento para recibir el honor”.
John, el rebelde
Su majestad, le devuelvo mi nombramiento de miembro de la Orden Británica como una protesta contra el involucramiento de Bretaña en la ‘cosa de Nigeria-Biabra’ (la Guerra civil de Nigeria), así como para protestar contra nuestro apoyo a Estados Unidos en Vietnam, así como en protesta contra el hecho de Cold Turkey haya caído en las listas de popularidad.
-John Lennon devolviendo el reconocimiento a la reina
El 25 de noviembre de 1969, Lennon devolvió su título de caballero “que nunca pidió” y que le había sido otorgado a pesar de que “no creía merecerlo” en primer lugar, pues “muchos de los que lo obtuvieron y que protestaron cuando los Beatles fueron ordenados lo habían ganado matando gente o haciendo la guerra”.
No sirvió de mucho
A pesar de que el público y la prensa sí se vieron (negativamente) impactados por cómo el ícono inglés declaraba “que ser inglés se había vuelto una vergüenza últimamente” mientras devolvía el reconocimiento, la verdad la política exterior británica no cambió en lo absoluto.
Lo único que consiguió Lennon de este acto público, qué el mismo dijo que hubiera deseado hacerlo en el ámbito privado, fue que el trato que recibía de su propio gobierno fuera mucho más frío que antes, así como ganarle la fama de ser una celebridad respondona e incómoda.
Reciente reaparición
Luego de que desapareciera de la faz de la Tierra, el MBE que Lennon regresó a la reina Isabel II reapareció en una bóveda real en el palacio de St. James en Westminster. Tan solo el bosquejo del mensaje de Lennon dirigido a la reina, que fue encontrado en una funda de disco comprada de segunda mano por 10 dólares, tiene un valor estimado de 60 mil dólares. Se supone que el premio es mucho más valioso.
El MBE, aún en el estuche que lo contenía originalmente, rápidamente se convirtió en el objetivo de varios historiadores especializados en los Beatles, quienes sugirieron que la presea fuera puesta inmediatamente en exhibición. Sin embargo, la corona se negó, argumentando que “si el receptor del reconocimiento no pidió la insignia de vuelta antes de morir, se asume que no la quería de vuelta”. Quizá la reina simplemente aún no perdonaba al Beatle rebelde.