Nadie es perfecto y todos nos equivocamos, pero no hay duda de que los errores de las autoridades y oficiales que deben protegernos y cuidarnos pueden resultar fatales. El caso de Joshua Spriestersbach es uno de los más recientes y lamentables atropellos de los derechos humanos.
Joshua era un indigente en Hawái que estaba sentado en el exterior de un centro de ayuda para personas en condición de calle en la ciudad de Honolulu. Su vida ya de por sí era difícil y mientras esperaba, se quedó dormido. Entonces un policía lo vio y creyó que en realidad se trata de otra persona, un hombre llamado Thomas Castleberry que tenía una orden de arresto desde el 2006.
A pesar de ni siquiera tener un parecido evidente, el oficial confundió a Joshua (izquierda) con Thomas (derecha). Este último era buscado por haber violado su libertad condicional en un caso de tráfico de drogas, y el policía arrestó a Joshua sin darle ninguna explicación.
El indigente creyó que lo estaban arrestando por romper las leyes de no sentarse o dormir en la acera pública, pero cuando en lugar de llevarlo a la cárcel, lo llevaron a una clínica psiquiátrica supo que algo estaba mal. Entonces se dio cuenta de que lo estaban confundiendo con un traficante y a pesar de sus aclaraciones, nadie le prestó atención.
Joshua recibía contra su voluntad fuertes medicamentos para mantenerlo sedado la mayor parte del día. A pesar de que en sus momentos de lucidez insistía que se habían equivocado de hombre, el personal psiquiátrico creía que se trataba de un delirio.
Este pobre desafortunado estuvo internado en el Hospital Estatal de Hawái durante casi tres años, hasta que un psiquiatra decidió escuchar al paciente e investigar más a fondo el caso. Y por investigar nos referimos a que simplemente tuvo que hacer una búsqueda en Google sobre Thomas Castleberry y hacer un par de llamadas telefónicas.
El médico confirmó que el traficante buscado ya había sido arrestado y que estaba en una prisión de Alaska desde el 2016. Al ponerse en contacto con la cárcel, se confirmó a través de huellas dactilares la identidad de Thomas. Finalmente, alguien había puesto atención real a Joshua.
Cuanto más expresó su inocencia al afirmar que él [Joshua] no era el Sr. Castleberry, más fue declarado delirante y psicótico por el H.S.H. personal y médicos. Era comprensible que el Sr. Spriestersbach estuviera en un estado de agitación cuando fue encarcelado injustamente por el crimen del Sr. Castleberry y a pesar de su continua negación de ser el Sr. Castleberry y de proporcionar todas sus identificaciones relevantes y los lugares donde se encontraba durante las causas de Castleberry en la corte, nadie le creería ni tomaría medidas significativas para verificar su identidad y determinar que lo que el Sr. Spriestersbach estaba diciendo era la verdad: no era el Sr. Castleberry.
– Abogados de Joshua
¿Y qué ocurrió cuando se dieron cuenta del error? Simplemente le dieron en secreto una alta hospitalaria a Joshua y le dieron 50 centavos, pensando que nadie se alarmaría por otro indigente que estuvo ausente de las calles durante casi tres años. Sin embargo, hay quienes buscan que se le haga justicia.
El Proyecto Inocencia Hawái tomó el caso de Joshua y lograron encontrar a Vedanta Grifith, su hermana que había pasado casi 16 años tratando de encontrarlo. Ahora ella y su hermano, con el apoyo que necesitan, presentarán ante la corte una demanda por negligencia al hospital y tal vez contra el oficial que lo arrestó por error.
La equivocación de un policía y la negligencia de todo un hospital privaron de su libertad y su salud mental a un hombre. No importa si estaba en condición de calle, Joshua es un ser humano, que formó parte de una familia y por el simple hecho de existir, tiene derechos. Ahora, afortunadamente, está de vuelta en su hogar.