Alguna vez te has preguntado por qué después de rascarte los testículos tienes la necesidad, casi instintiva, de oler tu mano; este misterio, al igual que el inicio del universo, su infinitud y por qué demonios las mujeres van al baño en grupo, son parte de los misterios de la humanidad.
Afortunadamente, la ciencia nos ha ayudado a resolver estas dudas y por fin existe una explicación del porqué los hombres tenemos este hábito salvaje para algunas personas.
En una consulta de Reddit, muchos varones admitieron lo que ya sabíamos: todos, en público o en privado, lo hemos hecho:
Cuando termino de hacer ejercicio y me meto a la ducha, me gusta olfatear los boxers sudados donde estaban mis bolas; luego, me rasco las nueces y huelo mis dedos. La respuesta de por qué hago esto es bastante simple: me gusta el olor de mis bolas.
La ciencia ha hecho un acercamiento a los comportamientos masculinos y su respuesta es aún más increíble: los hombres olemos nuestros dedos después de rascarnos las bolas para sentirnos vivos.
Nigel Barber, biopsicólogo especializado en comportamiento sexual y reproductivo, habló con MEL Magazine sobre este asunto:
Dudo que percibir nuestros propios olores y hormonas esté relacionado con la higiene. Es un ejemplo de comportamiento de autoidentificación análogo, como mirarse a uno mismo en el espejo. En cada caso, la percepción de uno mismo puede elevar el humor y mejorar el autoestima.
Olernos tiene que ver con conocernos a nosotros mismos y nos ayuda a percibir nuestra fragancia y por ende, que estamos vivos.
Así que, la próxima vez que te rasques las bolas y que alguien te regañe por olerte los dedos, ya tienes cómo defenderte: no lo haces porque seas un cochino, sino porque requieres realizar un reconocimiento de tu propia humanidad, a través de tu olor, para poder sentirte vivo.