Si algo es verdad en esta vida, es que los hombres tienen bien claras sus prioridades, aunque para cada varón son distintas.
Para muchos padres su mayor preocupación serían sus hijos, por ejemplo. Hay varones que darían la vida por ellos y cuidarían de que estén bien. Pero hay otros tantos, como el siguiente, que dejan muy en claro qué es lo importante en situaciones de estrés.
Resulta que, durante un campamento, una familia se encontraba a punto de sacar su refrigerio y sentarse a convivir, cuando un oso se acercó atraído, probablemente, por el olor de la comida.
La familia se alejó del lugar, mientras el padre relata que el oso les quitó el la comida pero comprende, pues no sabe cuanto llevaría sin comer el animalito. Escuchamos que la mamá, preocupada, les dice a los niños que se metan al auto, mientras el señor dice que lo que más le preocupa es la hielera.
En eso, el oso se acerca hacia la hielera color rojo y la abre, es entonces cuando este macho alfa, lomo plateado, sin pensarlo dos veces, se enfrenta a él para defender sus cervezas.
“¡La hielera no, hey, shh…! ¡Vete para allá, vámonos para allá! ¡Eso sí, los tecates no me los vas a quitar!”, le grita el hombre enojado. El oso huye de la escena, aunque de rato regresa, pero sin tocar las cervezas de nuestro héroe.